Hace un par de semanas rescaté un momento que creí debía tener su espacio en esta sección, momento conocido per secula seculorum como hace poco fue el de «La mano de Dios». Es algo curioso, podríamos decir que hasta gracioso (creo que los ingleses no compartirán esta opinión…).
Rebuscando una vez más entre las publicaciones anteriores de TresCuatroTres, he encontrado otro momento de la historia del deporte rey que no es tan ameno, pero que tal vez no deberíamos olvidar sobre todo para que no se vuelva a repetir.
Como ya he dicho en alguno de mis artículos, el mundo del fútbol puede llegar a ser realmente violento y, aunque en el tema que nos ocupa hoy la cosa no pasó a mayores, la actitud de ambos protagonistas fue deleznable.
Me refiero al famoso cabezazo de Zidane a Materazzi. Al francés le costó la expulsión en el último partido de su carrera y supongo que Materazzi se estuvo doliendo un tiempo (y quien sabe si riendo también).
Como bien dice nuestro compañero Antonio Ros en su artículo: «Los genios son genios porque pueden ser capaces de lo mejor, pero también de lo peor«.
Seguimos viendo enfrentamientos y malas actitudes dentro de los terrenos de juego día tras día, lo que me lleva a preguntarme, ¿esto se podría erradicar o simplemente son reacciones inevitables?