Luis Enrique lleva días esquivando cómo calificar la participación de la selección española en esta Eurocopa que ayer se nos acabó. Como bien esgrimía el seleccionador, no se puede poner nota a un examen que aún se está realizando. Pero anoche acabó la prueba y ya podemos evaluar la Euro ofrecida por la roja. Un equipo del que muy pocos esperaban que llegase hasta semifinales y, mucho menos, que quedase apeada en los penaltys por Italia, la favorita de los entendidos.
Por ello, y en lineas generales, la nota no puede ser menos que un Notable, sobre todo si no perdemos de vista el origen del combinado. Partiendo de las discrepancias creadas por la lista, los nueve años de descalabros en grandes citas y la bisoñez de algunos de nuestros futbolistas. Un Notable alto, porque como Luis Aragonés siempre recalcaba, es muy importante acercarse a los que ganan. Y nosotros ya hemos vuelto.
Motivos para la ilusión
- Madurez de un grupo joven. La selección llegaba a la cita con una plantilla plagada de noveles en estos torneos y, en gran medida, han estado lejos de desentonar. Esta Euro, exigente y bien exprimida, les va a pesar en el CV como cinco temporadas en Primera. Por lo tanto, de cara a una futura consolidación, la explosión de una nueva generación es uno de los aspectos más relevantes.
- Pedri. Si hay un jugador que haya destacado sobre el resto de su quinta, ése es el canario. A sus 18 años lo ha jugado todo y no sólo por su físico, sino por su gran regularidad en las labores de creación. De hecho, ha aglutinado la mayor parte del juego de la Roja en este torneo. Nadie sabe hasta dónde puede llegar el barcelonista, pero todo apunta que al estrellato.

- Competitividad. No se le puede poner ni un solo pero a la actitud de nuestros jugadores en este torneo. Salvo el de Eslovaquia, no han tenido un solo partido que no engendrase una alta dificultad: falta de puntería, goles en errores defensivos, tres prórrogas… Y a todo ello se sobreponían en el campo, sin dar ningún partido por perdido. Una perseverancia fundamental cuando la calidad no es suficiente.
- Juego vistoso. En algunas fases de los seis partidos, el juego de España ha sido de lo mejor que se ha visto en esta Eurocopa. No han abundado las selecciones atractivas en su despliegue técnico y eso ha dado más valor a la propuesta de Luis Enrique. Casi siempre se ha tenido el balón y de no ser por el escaso rédito goleador, podríamos tener una cita este domingo.
Elementos de mejora
- Sin plan B. Uno de los debe más destacables en la participación de España en la Eurocopa es la falta de sistemas alternativos. Mucho se especuló en la previa con la posibilidad de una defensa de cinco, pero a la postre, Luis Enrique no se ha bajado de su adorado 4-3-3. Se echó en falta variar la estrategia por 4-4-2 en algunos momentos que requerían de mayor control en la medular o jugar a la contra cuando lo requería situación.
- Falta de gol. Como mencionamos en el epígrafe anterior, la ausencia de puntería ha sido una losa para el juego combinativo de España. Las múltiples ocasiones generadas no se han traducido en gol en la inmensa mayoría de los casos, principalmente por el escaso acierto de jugadores como Gerard o Morata, el más señalado en este sentido. Incluso algunos tantos importantes llegaron por autogoles del rival.

- Poca contundencia defensiva. Aunque delante faltara acierto, el matiz más preocupante del juego desplegado por la selección se situó en la retaguardia. La sensación de que los rivales nos hacían mucho daño con poco ha sido recurrente durante todos los encuentros. Los centrales han pecado de blandura en los choques y han sufrido innumerables problemas en los balones dirigidos a sus espaldas.
- No hay segunda unidad. Cuando el seleccionador limitó el cupo a 24 elegidos en la convocatoria, todos lo criticamos. Y aunque en mi caso aún lo pienso, la reducción refleja la poca confianza que Luis Enrique le tiene a sus suplentes. Salvo seis o siete jugadores de ataque, que han ido rotando frecuentemente, el banquillo no ha sido protagonista en la roja. Un tercio de la lista ha tenido una participación testimonial o directamente nula.
En definitiva, aunque haya mucho que corregir, también existen un buen número de elementos positivos en los que aferrarse para un futuro prometedor. Lo mejor es que la próxima evaluación está cerca: el mundial de Catar. ¿Será la confirmación de una línea ascendente?
En líneas generales mi opinión coincide con la del autor, y soy de los que pensaba que España no pasaría de octavo,y si,la falta de acierto ante el gol y la escasa contundencia defensiva rebajan la nota de la selección. Si progresamos en esas asignaturas no pueden dar futuras satisfacciones,claro que existen otros protagonistas, que sigo pensando,podrían aportar a los actuales selecccionados,o no?.
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