Alexis Sánchez, el “Niño Maravilla”, recibe el balón en la frontal del área, encara a Varane, con un regate hacia fuera provoca que el espigado francés se convierta en una estatua blanca, a lo lejos la figura de Diego López se antoja una barrera insalvable, Alexis sabe que está solo, Leo no aparece, sabe que es su momento, ahora o nunca, la gloria o el infierno que siempre lo ha perseguido desde que decidió fichar por el equipo culé, la multitud blaugrana asiste silenciosa como los espectadores del circo romano, el pulgar apuntando hacia abajo como en tantas y tantas ocasiones, Alexis Sánchez resopla…

Hijo de una familia humilde, el hijo de Martina Sánchez, la tocopillana que todas las mañanas recorría 77 kilómetros para vender pescado y marisco en la ciudad de María Elena, mientras su hijo, apodado «La Ardilla» por su pequeña estatura e inquieta personalidad, se dedicaba a limpiar coches en el cementerio, Alexis pronto supo que iba a tener que sacar a la familia adelante.
Tras un breve paso por el Cobreloa de Primera División chilena, pasó por Colo-Colo y por River Plate en dos años, hasta que en 2008 fichó por Udinese, allí se convirtió en un ídolo para los tiffosi del equipo italiano impresionados con su derroche físico y endiablada velocidad, hasta que Pep Guardiola decidió incorporarlo a su equipo en la temporada 2011-2012.
Alexis rechazó ofertas más atractivas desde el punto de vista económico porque su deseo era, y sigue siendo, triunfar en el F.C. Barcelona, su sueño de chico, que Martina se sienta orgullosa de su vástago por haber triunfado en el mejor equipo del mundo.
Hasta llegar a la temporada actual Alexis ha pasado con más sombras que luces por la historia del equipo culé, dotado de una capacidad de sacrificio a la altura de muy pocos, su poco acierto de cara a puerta, aunque nunca ha sido un goleador, pero sobretodo su extraña habilidad para perderse en laberínticos autorregates, hicieron desear a muchos seguidores culés que el bueno de Alexis abandonase el club.

Con la entrada de la nueva temporada y el dramático relevo en la dirección técnica a pie de campo, Gerardo Tata Martino decidió confiar en él. Esta confianza ha sido devuelta con goles, como el heroico tanto marcado contra el Sevilla en el último minuto del añadido…sin embargo el culé seguía sin confiar en él.
Alexis Sánchez suele repetir que el fútbol tiene una regla no escrita «nunca mirar hacia atrás«, pero seguro que, el pasado sábado, todas estas imágenes se le pasaban por la cabeza frente a la hercúlea figura del central madridista de origen francés.
Alexis siente la mirada de miles de espectadores, resignados a dirigir su primer metacarpiano perpendicularmente hacia el suelo. Alexis otea el horizonte, evoca a Martina e impacta con su bota en el esférico que describe una parábola de perfección física inusual en el chileno hasta que se aloja en las mallas…La parroquia culé grita enardecida, ha nacido un nuevo mito para el culé de frágil memoria, Alexis Sánchez ya ha hecho historia.