Como leones. Así salieron los jugadores del F.C.Barcelona en el partido que culminaba una semana que ni el mismo Florentino hubiera firmado. Presión tras pérdida de balón y recuperación casi inmediata. Goles de Neymar y Suárez y baño al Atlético durante unos 45 minutos en los que el aficionado culé no daba crédito a lo que veía. El Barsa había, por fin, roto a jugar.
Era un fútbol vertical salpicado por el toque de siempre. La consigna era clara, nutrir de balones al trío de delanteros, aun a costa de a veces saltar el centro del campo. Y es aquí donde la figura de Rakitic emergió consciente de que su papel en el equipo es el de cortar y recuperar.
Luego llegó Undiano quien continuó con su «noche redonda» pitando un penalti inexistente y dando emoción a un partido que parecía sentenciado. Simeone comenzó a mover el equipo buscando más pólvora consciente de que el Barsa había perdido fuelle. Sin embargo, apareció el tercer tenor de una orquesta que ayer sí que afinó.
Lionel Messi, objeto de noticias o pseudonoticias durante los días previos, completó un partido fantástico poniendo el 3-1 definitivo y celebrándolo abrazándose con la que a día de hoy es la mayor esperanza del Camp Nou. A diferencia de otros encuentros, el argentino partió de la banda y permaneció en ella durante todo el partido siendo Luis Suárez el verdadero nueve del equipo.
En definitiva, un muy buen partido del conjunto de Luis Enrique, un entrenador que insiste en demostrar que tiene razón en su planteamiento y que ayer durante al menos 45 minutos demostró estar en lo cierto Ahora solo queda ver si fue flor de una noche o por el contrario es el inicio de tiempos mejores.