Xavi Hernández da un paso más. Ha necesitado poco más de un año en el banquillo del F.C.Barcelona para estructurar al equipo. Ya se vieron destellos durante la anterior temporada, pero este año se consolida su propuesta con juego y títulos. El 2023 no podría comenzar de mejor manera con la consecución de la Supercopa ante el máximo rival. El juego combinativo, la presión alta, la solidez defensiva, la posesión con sentido y los rondos han vuelto de nuevo.
En la portería, nunca ha habido dudas. Marc-André ter Stegen vuelve a ser el portero fiable que era. Tan solo 6 goles encajados en La Liga dan muestra del gran nivel en el que está el alemán. 13 porterías a 0 de los 17 partidos en los que ha jugado. Si en algún momento de las últimas temporadas se alzaron voces pidiendo su salida, Marc-André se ha encargado de acallarlas con sus mejores armas: su frialdad bajo palos y sus rápidos reflejos.
Parte del mérito del cerrojo que se ha echado a la portería del Barça recae también en Ronald Araújo y Jules Koundé. Conforman una dupla sólida y polivalente en el eje y el lateral derecho del equipo. En cada partido destacan por su capacidad para imponerse a delanteros rivales, quien no les queda otra que la frustración y el desespero. Que le pregunten a Vinicius, a quien Araujo le tiene tomada la medida y seguramente sea protagonista de sus peores pesadillas.
La otra pieza fundamental en el eje de la zaga es Andreas Christensen. El danés personifica la elegancia, la anticipación y la exquisita salida de balón desde atrás que tanto se aprecia en el Spotify Camp Nou. Las incomprensibles comparativas con Antonio Rüdiger han dejado de escucharse. Sin hacer ruido, pero con mucho trabajo, Andreas demuestra el gran central que es y obtiene en Barcelona el reconocimiento que en Londres le negaron.
La banda izquierda es propiedad exclusiva de Alejandro Balde. El joven canterano de 19 años está teniendo una temporada espectacular. Irrumpió con fuerza obligando a Xavi a enviar al banquillo a Jordi Alba, algo que era impensable hace pocos años, y en cada partido se le ve crecer poco a poco. Es la velocidad, la solidez y la profundidad que se le pide a un lateral que está llamado a marcar una época en el club y en la selección.

En el centro del campo y la delantera, Xavi ha dejado de lado una de sus máximas para encontrar el equilibrio que necesita un gran equipo. Ha renunciado a uno de los extremos para dar cabida a 4 centrocampistas. Sergio Busquets sigue siendo el faro que marca la dirección, el ancla que estabiliza, el flotador salvavidas. Con 34 años es la referencia y quien le da sentido al equipo. Con las dificultades que presenta encontrarle un sustituto, Xavi ha optado por protegerlo con la juventud y la fuerza que le falta.
Frenkie de Jong es otro de los que se ha visto beneficiado con este cambio de sistema. El holandés está ofreciendo su mejor versión. El de Jong del Ajax vuelve a verse sobre el césped. La necesidad de tener las espaldas cubiertas parece que era algo que no habían entendido sus anteriores entrenadores en can Barça. Solo así puede desplegar su juego y abarcar todo el campo que necesita para ofrecer su mejor versión.
El trabajo «sucio» lo ofrece Gavi y la fantasía, Pedri. Los dos últimos Golden Boy ya tiene un hueco en el corazón de los culers. Gavi es todo corazón. Representa la lucha, la entrega y el coraje de un canterano. No se cansa, no se arruga, no renuncia. Pedri es la cabeza, el orden, el que para el tiempo y decide qué va a pasar. Tanta admiración despiertan en los propios como envidia en la afición rival. Apenas llegan a los 20 años y juegan como veteranos curtidos en mil partidos.
Y arriba Robert Lewandowski, el goleador y actual pichichi, y, sobre todo, Ousmane Dembélé. El francés ha dejado atrás su vida desordenada y sus lesiones, y por fin puede desplegar todo su potencial. Con un golpe de madurez que ha cogido por sorpresa a todos, Dembélé recibe elogios de aquellos que lo querían defenestrar. A base de trabajo de campo y horas de vídeo, Ousmane toma mejores decisiones y muestra una continuidad que se le reclamaba desde que llegó a can Barça.
Xavi ha podido armar un equipo sólido con el que ilusionar a la afición. Un equipo fuerte, contundente y joven. El presente y el futuro del club está asegurado. Solo se necesita cristalizar esta gran evolución con títulos y grandes noches de fútbol. Sin prisas, pero a paso firme. Esto no ha hecho más que empezar.
Parece ser que para alegria del aficionado culé su entrenador está sabiendo colocar y manejar el potencial de sus jugadores, y que al menos en cuanto a la finalidad de su empleo,las famosas palancas le están sirviendo para aupar al equipo.
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