Xavi afronta uno de los momentos más difíciles de su corta carrera como entrenador del F.C.Barcelona. El equipo vuelve a caer en la fase de grupos de la Champions e iniciará en unos meses la larga penitencia de la Europa League. Nadie recuerda el himno de esta competición ni a nadie le gusta jugar los jueves. La mala experiencia del año pasado contra el Eintracht tampoco ayuda a levantar los ánimos.
Tras la debacle contra el Bayern de este pasado miércoles, Xavi eludió hablar de fracaso. Habló de varapalo, pidió más tiempo para encajar fichajes, resaltó la dificultad del grupo, señaló las lesiones en momentos clave y recordó decisiones arbitrales que no ayudaron. En cualquier caso, reconoció que están fuera de la Champions por errores propios.
Es algo innegable, el Barça no puede competir al nivel que su historia le exige. Es un equipo en construcción. Se puede ver reflejado en el hecho de que Pedri y Gavi han sido los dos últimos ganadores del Trofeo Kopa y del Premio Golden Boy. Pedri a punto de cumplir los 20 años y Gavi con apenas 18. Dos chicos acabados de salir de la adolescencia a los que se les pide guiar a este equipo.
En cambio, hay 4 capitanes treintañeros que tienen los días contados. Piqué y Alba están haciendo mucha amistad con el banquillo. Sergi Roberto es un comodín que entra y sale del equipo según su estado de salud. Busquets es un fijo en el once por falta de un sustituto con garantías. Los cuatro han ofrecido más sombras que luces. Alguno incluso se ha convertido en un agujero negro.

Es esta dicotomía la que penaliza al club, tanto a nivel deportivo como económico. Xavi intenta construir un equipo con algún presente y mucho futuro, pero se ve ogligado a gestionar lastres de un pasado cercano que no le dejan alejarse del abismo. Se vio contra el Bayern, contra el Inter y contra el Real Madrid. Y seguramente se seguirá viendo este año ante cualquier equipo de primer nivel.
De nada sirve que Ter Stegen haya recuperado su mejor forma si Piqué comete errores incomprensibles. De nada sirve el sacrificio de Gavi y la salida de balón de De Jong si Busquets no puede más que perseguir sombras sobre el verde. Tan solo es necesario una pieza mal situada para que el castillo se desmorone.
Xavi apenas lleva un año en el banquillo. Como jugador vivió la peor de las épocas de este club. Como jugador también conoció y fue protagonista de la mejor etapa que nunca un equipo había tenido en la historia del fúbol. Muchos intentan ya hacer leña de él. Me quedo con la imagen al final del partido de la grada animando a los jugadores, ilusionados con el futuro que Xavi puede dar a este club.
Un equipo en construcción que para algunos acostumbrados a la grandeza,y llenos de soberbia, hasta el punto de menospreciar a la segunda competición europea,no quieren admitirlo,y menos mal que en la Liga se muestra competitivo y puede luchar por conseguirla.Esta cura de realidad admito que es dura para quienes están acostumbrados a brillar allí donde compiten, pero también debe servir para analizar los origenes y razones de esta situación y dentro de este análisis cuenta valorar hasta dónde puede ser positivo,o negativo,usar o abusar de la política de las palancas.Esa cuestión se está soslayando por el ruido que genera la marcha deportiva pero va a tener un peso significativo en el futuro.
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