Ya tenemos final de Copa del Rey. El torneo del KO decidió brindar ayer a un equipo humilde, el Deportivo Alavés, la oportunidad de hacerse con un título vedado para los pequeños en los últimos tiempos. Puede que el siempre criticado sistema a doble partido incrustado en el saturado calendario haya restado competitividad al trofeo a la par que convertido en vergel para Atlético, Real Madrid y sobre todo Barça. Pero el 27 de Mayo de 2017 será diferente.
Porque cuando la vida se juega en 90 minutos, todo puede pasar. Y si no, que se lo digan a aquel todopoderoso Liverpool de hace dieciséis años. Tras la hazaña de ayer, con gol en el descuento, sería imposible no acordarse de los Javi Moreno, Desio, Téllez o Jordi Cruyff, que comandados por un entrenador de los de toda la vida, Mané, plantaron cara a los ingleses en el frenético 5-4 de la final de la Copa de la UEFA.
Casualmente, uno de los culpables de la gesta de ayer, el míster Mauricio Pellegrino, también perdió como jugador en las mismas fechas toda una Champions ante el Bayern de Munich. Inculcar el espíritu de revancha del excentral argentino podría ser una de las armas que utilice un míster, que marcado por su paso por su amada y convulsa Valencia tuvo que madurar en su tierra. Suceder al entrenador que acaba de ascender al equipo a 1ª no ha sido fácil, pero el argentino ha logrado conformar un equipo competitivo con la ayuda de una secretaría técnica bien avenida.
Con un 4-2-3-1 al uso, los albiazules se han consolidado como un equipo difícil de batir, sobrio atrás pero con detalles en la vanguardia. Todo un logro para un club que hace cuatro años deambulaba por la 2ªB a punto de desaparecer por motivos económicos.

Y es que tras la entrada en la zona noble de los responsables del Baskonia de baloncesto, Mendizorroza volvió a vivir tardes de gloria y a recuperar la ilusión de volver a una élite perdida hace una década. Ilusión por una plantilla plagada de jóvenes promesas de las grandes canteras y currantes expertos. Aunque si hubiera que destacar a un jugador clave en este equipo, ese es Fernando Pacheco. Llegado la temporada pasada en la Liga 123, el pacense se ha convertido en el guardameta revelación y confirma a la cantera madridista como el mejor vivero de porteros de España. Y no es el único joven a explotar en Vitoria. Ortolá (Barça), Theo Hernández (Atleti), Marcos Llorente (Real Madrid) o Sobrino (Manchester City) son algunos de estos jugadores ávidos de los minutos que en sus clubes no tienen.
Aunque también hay veteranía en el equipo, la que ponen el central Alexis, el capitán Manu García y como no, una institución on tour desde San Mamés, Gaizka Toquero. Aunque el héroe de ayer no pertenezca a ninguna de estas dos corrientes y conforme un tercer grupo de fichajes modestos pero eficientes si atendemos al 12º puesto del Alavés en Liga. Édgar Méndez salía en el minuto 79 de partido, sólo tres minutos después batía a Sergio en un precioso disparo y once minutos más tarde dejaba su sitio en el campo para perder tiempo y ganar en defensa. Quizás un símbolo de su carrera hasta ahora, nada fácil tras jugar en tres canteras, descender con el Almería y perder algo más que su sitio en el vecino Granada C.F.
Ha vuelto la gloria a Mendizorroza dieciséis años después y las comparaciones pueden ser odiosas. Ni este Alavés es el de Mané ni el Barça de la MSN es el Liverpool de aquella época. Lo que seguro que no habrá cambiado el 27 de mayo son las ganas, la ilusión y la pasión de un equipo que ya llamó una vez a las puertas del cielo para locura de todos los futboleros. Sólo el destino dirá si por fin se abren para el primer equipo en ascender a 1ª División de la historia, al que apelaron glorioso y que espera resarcir a los héroes de Dortmund.