Leo Messi, de 32 años, es todo un veterano. Un veterano que acaba de ganar su penúltimo Balón de Oro. O su antepenúltimo. Y aunque este que escribe no cree en esos premios, cuando los gana Messi, me hago un poco menos ateo. Y yo de culé tengo lo mismo que de canadiense… Es Messi un veterano al que medio mundo anda jubilando cada semana. Quizás sea el mero deseo de hacer más igualitario un deporte que él se empeña en desequilibrar. Al final es un rival de la mayoría y a todos sus rivales nos gustaría un mayor porcentaje de esperanza. Pero cuando falte su gol al palo largo con la zurda, muchos le van a echar de menos, y no solo en Can Barça.
Sergio Ramos (33), Luka Modric (34) o Karim Benzema (31) son la esencia de la columna vertebral del Real Madrid. Unos señores mayores que tienen que dar el tipo que la generación que les iba a sustituir o complementar no ha dado. La planta noble de Chamartín lleva unos años desarrollando una política de fichajes de jóvenes talentos que los más expertos deben terminar de formar. Mientras se asientan en el equipo los Rodrygo, Brahim, Vinicius Júnior, el lesionado Asensio o Fede Valverde y llegan de sus diferentes periplos jugadores como Odegaard, son los multicampeones de Europa los que tienen al Real Madrid coliderando la Liga española.

En el tercer clasificado de La Liga hay un lateral derecho, antiguo extremo, siempre infatigable. Jesús Navas, a sus 34 años, no para de subir la banda derecha del Pizjuán. Titular indiscutible en el lateral en su equipo, está luchando de tú a tú con Dani Carvajal por ser el titular en la selección. Con el exseleccionador, Robert Moreno, Navas parecía tener una cierta ventaja que queda en incógnita con la rentrée de Luis Enrique en el combinado nacional. En Nervión no ven final para el jugador récord de su club.
El cuarto puesto de la Liga española lo ocupa la Real Sociedad de San Sebastián, un equipo que ha apostado, claramente, por la juventud, pero que, entre tanto imberbe, ha hecho regresar a nuestra liga al internacional Nacho Monreal de modo que esos jóvenes veteranos como Mikel Merino o Mikel Oyarzábal cuentan además con la experiencia de otro de los viejos rockeros, cuyo papel dista, y mucho, de ser secundario en el brillante equipo easonense.
Hasta ahora hemos destacado el papel de jugadores mayores de treinta años que están ocupando un papel protagonista en los equipos que están siendo los mejores de lo que llevamos de liga española, todos son líderes respetados en el planeta fútbol y sus papeles individuales van en consonancia o, en algunos casos, por encima del resto de su equipo.
Y es que, aunque los hechos demuestren lo contrario, se instala en la vida del futbolista esa sensación de que, una vez que se cumplen los 30, comienza la cuesta abajo sin frenos de su vida deportiva. Eso mismo que hace unos años sucedía con las personas que se quedaban sin trabajo a los 50 y que hoy sucede a los que llevamos la cuarentena encima. De repente surgen unas corrientes ocultas, inhumanas y cerriles que apartan la experiencia en favor de un vigor que, en la mayoría de los casos, necesitan unas Pirelli nuevecitas para que no se produzcan descarrilamientos irresolubles.
Son trabajos que se están haciendo con los Ansu Fati, Odegaard, Koundé, etc. y que en el pasado verano licenció a Fabián, Ceballos, Olmo y tantos otros. Estos jóvenes talentos necesitan maestros de la altura de los ya enumerados.

Porque los ejemplos son interminables, Jorge Molina (37), juega un fin de semana sí y otro también en el Getafe que de nuevo cabalga quinto de la mano de un entrenador que no mira el DNI a la hora de alinear. Sus compañeros de delantera son Jaime Mata (30), Ángel (32) y el famoso caso de Enric Gallego (33), que el año pasado, de la mano del Huesca, debutaba en primera.
En el Athletic de Bilbao es Raúl García (33) el que está ocupándose de las tareas de intendencia que ha dejado vacantes un Aritz Adúriz (38) que, esta vez parece que sí, ya ocupa un definitivo papel secundario en la plantilla del equipo de Lezama. Iñaki Williams será el portador de esta responsabilidad tarde o temprano, pero, por el momento, es el ex jugador de Osasuna y Atlético de Madrid el abanderado del Athletic de Gaizka Garitano.
Ya en general, considerando a los demás clubes de la Liga, otros ilustres veteranos pueden ser Parejo (30) y Garay (33) en el Valencia, Germán (33) y Soldado (34) en el Granada, Roberto Torres (30) y Oier Sanjurjo (33) en Osasuna, José Luis, el comandante, Morales (32) en el Levante, y un largo etcétera.
Ninguno es considerado uno más dentro de sus plantillas, muchos de ellos son los capitanes e, incluso, las estrellas o los estandartes de sus clubes y, como colofón a este artículo, hacer especial mención a dos jugadores que son “sinécdoques” de sus equipos.
Estos jugadores que son “la parte por el todo”, banderas representativas de sus colores e imágenes inseparables de un sentimiento son Santi Cazorla y Joaquín Sánchez.
Santi Cazorla (34) lo ha pasado tan mal en el aspecto duro de la carrera de un futbolista que casi no llega a veterano. Las lesiones lastraron su carrera, pero él puso todo su empeño en continuar y, a base de bien, de mucho trabajo y muchas dosis de autoconfianza es un futbolista feliz en su Villarreal. Él es uno de esos jugadores al que los públicos rivales aplauden, y eso es decir mucho.

Por último, siendo protagonista del hito del pasado fin de semana, no podemos dejar de hablar en este artículo de Joaquín Sánchez (38), jugador con muchos récords en La Liga y que, con el hat trick en 20 minutos ante el Athletic de Bilbao, obtiene un reconocimiento deportivo que no siempre está por encima de su “carismático” carácter. Quizás no merezca que Messi le preste uno de sus Balones de Oro, pero el protagonismo, aunque sea por unos días y sin que tenga que venir acompañado por un mal chiste, que se quede por el sur.