Vallecas es un barrio obrero y humilde de la ciudad de Madrid, donde la gran mayoría de sus habitantes comparten una misma pasión, que no es otra que la afición al fútbol. Concretamente al equipo representativo de dicho barrio: el Rayo Vallecano.
Con la modestia por bandera, el club llega a quedarse sin estadio y se lleva cuatro años deambulando hasta que, a mediados de la década de los setenta, se inaugura el Nuevo Estadio de Vallecas. Pero el acontecimiento más importante sucede en la temporada 1976/77, con su primer ascenso a la primera división del fútbol español. Su primera temporada en la máxima categoría fue sobresaliente, hasta el punto de derrotar en su estadio a grandes como Real Madrid, Barcelona, Athletic, Valencia, Atlético de Madrid o Sevilla.
El siguiente año, con muchos apuros, el Rayo consiguió la permanencia. La afición, mientras, seguía alentando sin descanso y esos ánimos se verían recompensados para la siguiente temporada con un fichaje de campanillas.
Fernando Morena, máximo goleador del Campeonato Uruguayo y una leyenda del fútbol sudamericano, aterrizaba en Vallecas para reforzar al club, aunque su estancia solo fue de una temporada ya que el Valencia puso sus ojos en él. El siguiente gran delantero que fichó por el Rayo fue el habilidoso extremo inglés Laurie Cunningham, que se convertiría en ídolo para la afición hasta que sufrió el trágico accidente que le costó la vida.

A principios de los noventa, el Rayo consigue contratar a otra gran estrella goleadora, el austriaco Anton Polster. De nuevo, la figura del club solo pudo durar una temporada, pero la junta directiva no perdió el tiempo y logró contratar a otra gran leyenda del gol, el mexicano Hugo Sánchez, quién, como los anteriores, abandonó el equipo tras la primera y única temporada en sus filas.
A lo largo de los años, el Rayo siguió empeñado en regalar a su afición goles. No se pudieron contratar grandes figuras del fútbol pero los fichajes acometidos dieron un gran rendimiento al club vallecano. Ese fue el caso, por ejemplo, del brasileño Guilherme de Cassio, autor de 42 goles durante su estancia en Vallecas. También rentabilizaron con goles importantes delanteros como Bolic, Armenteros o Diego Klimowicz.
Tamudo, Michu o Raúl de Tomás pusieron el toque español a los goles con la camiseta franjirroja. En las últimas temporadas, el encargado de perforar las porterías rivales sigue cumpliendo su trabajo a la perfección. Óscar Trejo, quién aún continúa en el equipo, ya se ha ganado con creces un lugar de honor en el corazón de los aficionados vallecanos.
Sin embargo, tras una larga espera, un nuevo regalo en forma de crack ha colmado de ilusiones el barrio de Vallecas. Un tigre que ya ha entrado merecidamente en la historia del fútbol mundial como uno de los mejores rematadores que han pisado un estadio.
La afición del Rayo valleqano ya se frota las manos con impaciencia a la espera del debut de Radamel Falcao, máximo goleador histórico de la selección de Colombia.
A buen seguro que, a partir de ahora, se oigan explosiones de júbilo por el humilde barrio de Vallecas cada vez que el tigre perfore con uno de sus zarpazos las redes de la portería rival.
Si,con sus claroscuros lógicos en un club modesto,es verdad que ha conseguido incluir en sus filas,casi siempre de forma efímera,a jugadores importantes que le han ayudado a conseguir logros muy valoradles para un equipo de su perfil.
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