La Copa América es el torneo de selecciones que más veces se ha disputado y uno de los campeonatos más antiguos del mundo. Su primera edición, llamada entonces “Campeonato Sudamericano de Selecciones”, se jugó en 1916. Hablamos, por lo tanto, de un torneo muy particular donde, por ejemplo, al cuarto clasificado se le entrega una medalla de cobre.
Hasta 2015, Chile no consiguió proclamarse campeona de la competición. Así pues, futbolistas tan emblemáticos como Elías Figueroa, Calos Caszely, Iván Zamorano, Marcelo Salas, Roberto Rojas o Leonel Sánchez, por nombrar a algunos históricos del fútbol de ese país, carecen de ese título en su palmarés.
En 2016, para celebrar su centenario, la Copa América contó con la participación de 16 selecciones (10 de la Conmebol y 6 de la Concacaf), que se disputó en Estados Unidos.
El combinado chileno acudía con todas sus figuras disponibles, una selección potente que contaba con nombres tan destacados como Claudio Bravo, Mauricio Isla, Gary Medel, Gonzalo Jara, Arturo Vidal, Jean Beausejour, Charles Aránguiz, Marcelo Díaz, Alexis Sánchez, Mauricio Pinilla. Eduardo Vargas o Fabián Orellana, entre otros. Con estos jugadores, la Roja partía como una de las favoritas al triunfo final.
Sin embargo, el comienzo no fue el deseado, ya que perdieron ante Argentina (1-2), lo que dificultaba bastante las opciones chilenas. El segundo encuentro, ante Bolivia, se solventó con una victoria por 2-1, ambas dianas de Arturo Vidal, con lo que Chile corregía su trayectoria. Para culminar la fase de grupos, los chilenos se impusieron a Panamá por un claro resultado (4-2), con sendos dobletes de sus jugadores Eduardo Vargas y Alexis Sánchez.
En la eliminatoria de cuartos de final, ante México, la selección chilena fue un auténtico vendaval que arrasó a los centroamericanos por el escandaloso resultado de 7-0. Alexis Sánchez, Edson Puch, por partida doble y un estelar Eduardo Vargas, que marcó cuatro goles, pasaron por encima de los mexicanos. Vargas sumaba ya seis goles, que le sirvieron para coronarse como máximo goleador del campeonato.
En semifinales, esperaba Colombia, pero los chilenos ya estaban lanzados y consiguieron una nueva victoria por 2-0, con tantos de Aránguiz y Fuenzalida.
El destino, siempre tan caprichoso, deparó un nuevo enfrentamiento con Argentina, que suspiraba por colmar de honores a su gran estrella, Leo Messi. La revancha, por lo tanto, estaba servida. Como no podía ser de otra forma, el partido fue muy disputado y duro, lo que deparó las expulsiones de Marcos Rojo, por parte de argentina y Marcelo Díaz por la chilena.
Las defensas acabaron por imponer su ley y se llegó al final de los noventa minutos, más los otros treinta de la prórroga, con el empate a cero inicial. El vencedor, pues, saldría desde los lanzamientos del punto de penalty. Para ello, ambos equipos contaban con argumentos bastante convincentes. Argentina disponía del mejor jugador del mundo y Chile confiaba en su capitán, el portero Claudio Bravo, que a la postre sería elegido el mejor guardameta del torneo.
Pero Messi no estaba por la labor y erró su disparo, al igual que hizo Arturo Vidal por parte chilena. Mal comenzaba la muerte súbita para las dos selecciones. La Roja marcó todos sus lanzamientos restantes, lo que, unido al acierto de Bravo al atajar el tiro de Lucas Biglia, otorgó la victoria al combinado chileno.
De esta manera, Chile consiguió su segundo título continental, un logro muy especial. Porque le servía para escribir con letras de oro su nombre en la historia del torneo como la selección que conquistaba la Copa América Centenario.
Bonita historia de un torneo quizás un tanto olvidado desde nuestra visión europea pero donde compiten selecciones de gran proyección y repletas de jugadores conocidos a nivel mundial,lo que es curioso y significativo es que,pese a la importancia del mismo,los jugadores que defienden a estas sus selecciones suelen tener como su mejor meta poder atravesar el charco y jugar en equipos de nuestro continente.
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