Llegaba el Atlético de Madrid con su tercer título de Liga bajo el brazo, en busca de su primer doblete. Venía de eliminar al Barça, el único equipo que le había hecho sombra está temporada y el rival que le había quitado la opción del doblete en las dos ocasiones anteriores. Llegaba pues como claro favorito, con la Reina Letizia por primera vez en el palco para entregar la Copa, con una televisión de gran audiencia en directo, listas para hacer historia… Pero la Real Sociedad quiso alterar el guión.
Tal vez fuera cierto exceso de confianza o de desgaste de las colchoneras, tal vez fuera un exceso de fe o de ilusión de las donostiarras, la cuestión es que el partido que planteó Gonzalo Arconada fue muy difícil de leer para las favoritas. A pesar de que no distaba mucho de lo previsto, con el Atlético mandando en el balón y en el campo y la Real tirando contraataques.
Con Cardona, Palacios y Nahikari como estiletes, la Real Sociedad desarrolló rápidas transiciones desde una fase defensiva extraordinariamente organizada a un ataque siempre peligroso. El dominio colchonero se ahogaba en las dos líneas defensivas bien organizadas, dejando a demasiadas jugadoras por delante del balón cuando recuperaban las txuriurdin.
La dirección de Meseguer en el centro del campo, los movimientos de Amanda Sampedro entre líneas, las subidas de las laterales, la maestría y buen pie de Ángela Sosa o los movimientos de Esther en el área no fueron suficientes esta vez para que el campeón de Liga sobresaliera.
Aunque Aleixandri y Tounkara se multiplicaron y estuvieron brillantes para cortar las arrancadas de sus rivales, cada vez se iba viendo más claramente que el partido se jugaba donde y como quería la Real Sociedad.

A pesar de ello, al cuarto de hora el Atlético se consiguió adelantar, acertando al primer toque Esther con un remate que no era el primero peligroso que realizaba en el partido. Pero tan solo un par de minutos después vino la jugada que desestabilizó al favorito y potenció la ilusión de las campeonas. Un disparo lejano de Palacios, que Lola Gallardo parecía tener bien controlado, se coló bajo su cuerpo para convertirse en el empate a uno. A Gonzalo Arconada debió recordarle al error de su hermano en la final de la Eurocopa 84. A Lola Gallardo se le vino el mundo encima, cometiendo un par de errores más con los pies en las siguientes intervenciones que denotaban una inseguridad que transmitió al resto del equipo.
A pesar de ello, el Atlético seguía convencido de que llegaría su segundo gol. Gozó de alguna ocasión antes del descanso, pero la guardameta internacional Quiñones tuvo una tarde tan iluminada como apagada fue la de su homóloga rival.
A la hora de partido, con la Real cada vez más cómoda, Nahikari, la capitana y estrella, tentada por clubes como el propio Atleti o el potente PSG, culminaba con una potente volea desde la frontal del área pequeña, la remontada donostiarra.
La última media hora fue emocionante, con las rojiblancas cada vez más volcadas y las txuri urdin aguantando asidas a su fe en la victoria. Entre la defensa, la ansiedad colchonera, la brillante Quiñones y una pizca de suerte, aguantaron hasta el final para proclamarse, merecida y honradamente, campeonas de la Copa de la Reina.
Más allá de la lógica alegría del título obtenido, para la Real Sociedad supone el espaldarazo definitivo a su sección femenina. Tras la polémica del cambio de letra del himno del club para incluir referencias al equipo femenino y no solo al masculino, este equipo, basado en jugadoras de cantera, logra el primer título de su historia.
Además, fue un éxito muy importante para todo el fútbol femenino nacional. Retransmitido por una cadena generalista, con más de un 14% de pico de cuota de pantalla y con la reina en persona para entregar el galardón (ya era hora de que la Casa Real tuviera ese gesto), la guinda al pastel, sintiéndolo por el Atleti, fue ver a un nuevo equipo estrenar su palmarés de títulos. El fomento del fútbol femenino será mayor si no todos los títulos se los reparten entre dos equipos.
Ahora, en menos de una semana, tenemos la final de la Champions femenina, donde el Barça buscará el (casi) milagro de vencer al potentísimo Olympique de Lyon. Después, nada menos que el Mundial. Se vienen fechas para seguir disfrutando del fútbol femenino.