Es bien sabido por todos el potencial que tiene Álvaro Cervera a la hora de arrojar titulares en ruedas de prensa. El entrenador del Cádiz se encuentra en la nómina de los hombres de fútbol que eluden cualquier filtro a la hora de expresarse, para bien o para mal. Un aspecto agradecido para los periodistas deportivos que cubren la actualidad amarilla pero que le ha generado más de un quebradero de cabeza al técnico nacido en la otrora española Guinea Ecuatorial. Como en octubre de 2020, cuando sus palabras hacia los árbitros le valieron un expediente por parte de Competición.
Sin embargo, en esta ocasión su diana no se situaba en el estamento arbitral sino en todo un sistema de competición. Y es que el entrenador cadista se despachó sin tapujos sobre la Copa del Rey. Al menos, no se le puede acusar de ventajista, ya que la rajada vino tras la victoria de ayer contra el Fuenlabrada. Para colmo, su equipo ha sido uno de los tres afortunados primeras en acabar emparejados con un rival de división inferior, el Sporting de Gijón. No obstante, y en mi opinión, creo que en sus palabras subyace algo de razón. Por ello, vamos a abrir el debate.
El sorteo impuro
El primer argumento que lanza el técnico cadista es el de la injusticia que supone la celebración de un sorteo condicionado. Este aspecto, que terminará en la ronda de cuartos de final, obliga el encuadre de los equipos de inferior categoría con clubes de la Liga Santander. El motivo esgrimido por la federación siempre ha sido el impacto económico que genera la llegada de un equipo de élite a estadios modestos. Principalmente se refiere a los ingresos por taquilla, aunque en la mayoría de los casos se cuente con aforos muy reducidos.

Por otro lado, no hay que obviar los casos en que los campos locales incumplen la normativa y provocan el traslado a otros feudos, como ha pasado en esta ronda con el Rayo Majadahonda y el Wanda Metropolitano. En estas ocasiones, aunque la taquilla mejora considerablemente, el factor campo se diluye. Pero, ¿no sería mejor que ese equipo de Liga Smartbank o Primera RFEF pudiera seguir adelante encuadrándose con rivales más asequibles? ¿Sería suficiente la disputa de una ronda avanzada de Copa del Rey para producir buenos ingresos por entrada sin recibir a un primera?
El partido único
La segunda razón que esgrime Cervera se centra en la iniquidad que supone la disputa de los encuentros en un único enfrentamiento. Para el de Malabo, lo más justo es proceder con eliminatorias a ida y vuelta, de modo que cada equipo disfrute del apoyo de su afición en 90 de los 180 minutos. Parece que el cadista no es partidario de la mayor perogrullada balompédica conocida: en un partido de fútbol puede pasar cualquier cosa. Está claro que en 90 minutos o 120 o incluso los penaltis, se pueden alinear los astros y producirse resultados sorprendentes. Pero, ¿qué hay de malo en ello?
Y es que, claramente, este es el argumento menos apoyado de los que ofreció el entrenador en su speech. Es más, probablemente lo mejor que haya hecho Luis Rubiales desde que preside la federación es haber devuelto la emoción del partido único a la copa. De hecho, hasta entonces el apelativo del torneo del K.O. parecía haberse difuminado con el paso del tiempo. Tanto es así, que la queja del aficionado va encaminada en otro sentido. Si todas las eliminatorias previas albergan la emoción del enfrentamiento único, ¿por qué las semifinales deben disputarse a ida y vuelta?
Los grandes entran tarde
El tercer y último argumento de Álvaro Cervera se dirige a la participación de los grandes. De manera cristalina, el cadista dijo que “esta competición está diseñada para que al final lleguen el Real Madrid, el Barcelona o el Atlético, que son los mejores.” En este sentido, el míster tira un poco de demagogia o al menos por la calle de en medio. Porque, es cierto que esos clubes poderosos entran en liza una ronda más tarde y asegurándose un enfrentamiento plácido contra oponente de la categoría inferior. Sin embargo, no lo hacen en calidad de grandes, sino como participantes en la Supercopa de España. He ahí la raíz del problema.

Porque esta deformación del torneo, quizás la más compartida con Cervera, tiene su razón en el engendro de Supercopa promulgado por la RFEF. Un torneo que se encuadra en mitad de la temporada, se configura como final four y, para colmo, se traslada al país mejor postor. Ése es el problema de la concesión del sistema de juego de la Copa del Rey a los grandes, que son los que normalmente disputan la Supercopa. Pero si jugar la Supercopa es ya un premio en sí a nivel ingresos televisivos y posibilidad de levantar un título, ¿por qué también debe traducirse en facilidades para la Copa del Rey? ¿Es necesario que jueguen un partido menos y el primero sea contra el clasificado más humilde?
En definitiva, las declaraciones de Álvaro Cervera podrán ser más o menos afortunadas, provocar seguidores o detractores, pero seguro, abren un debate. El debate de una competición como es la Copa del Rey que parece haber vivido una regeneración más que necesaria aunque para algunos sea insuficiente. Tampoco hay que olvidar que los ingresos de la federación no son los de la Liga y Rubiales y los suyos deban hacer alguna concesión en pro de lo económico. Pero, ¿y tú? ¿Crees que Cervera tiene razón?
Bueno,toda opinión y encuadre merece el respeto,y si viene de una persona que conoce,disfruta y sufre los avatares del fútbol desde dentro,con más razón,si cabe,pero en mi criterio,aparte de debate hay puntos que comparto como el manifiesto trato preferente a los componentes de la Supercopa, que si bien podría aceptarse su incorporación tardía a la Competición como un premio a lo conseguido el curso anterior en ella,parece excesivo el cruce que se les da con los equipos teóricamente más asequibles,lo que ni siquiera se justifica por el beneficio de estos que a esas alturas del torneo,ni económicamente porque cualquier cruce les garantizaría la taquilla,y menos deportivamente porque sus posibilidades de continuar se diluyen aún más.Lo del partido único sin embargo si creo es un acierto, pero o se mantiene hasta el final o solo se deja en las tres primeras rondas,porque en cuanto empiezan los cruces entre equipos de primera división hay una clara discriminacion para esos emparejamientos entre “iguales”.
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