Hoy vamos a hacer una especie de mezcla entre mi habitual sección de jugadores destacados y las efemérides del querido compañero Pablo Caballero. El jugador al que dedicamos hoy el artículo, además de estar haciendo una gran temporada con su club y con la selección, cumple años mañana.
Unas envidiables 26 primaveras a las que llega en plenitud tras algunas temporadas de lesiones y parones, cuajando bien con Vidal y Xabi Alonso en la medular del Bayern Munich y alcanzando los galones que se le esperaban en la selección. Padres brasileños, nacido en Italia, nacionalidad española y jugando en Alemania, es Thiago Alcántara, un futbolista multinacional.
El hijo de Mazinho no juega como su padre pese a ser ambos dos grandes centrocampistas. Este mediocentro criado en La Masia no es como Xavi Hernández o Guardiola. Como canta Jarabe de Palo: «en lo puro no hay futuro / la pureza está en la mezcla». Tal vez esa heterodoxia le costó salir por la puerta de atrás de Can Barça.
Nacido en la localidad italiana de San Pietro Vernotico, muy cerca de Lecce, mientras su mítico padre jugaba en el club de esta ciudad, llegó a España con tres años, siguiendo la carrera de su padre hasta Valencia. Desde muy pequeño con un balón en los pies, Thiago fue de Italia a Brasil, de allí a Valencia y posteriormente a Vigo en sus primeros cinco años de vida. Mientras su padre daba lecciones de fútbol en uno de los mejores Celtas de la historia y su madre jugaba al voleibol profesionalmente en el Xuvenil de Teis, Thiago empezaba a formarse en el Nigrán C.F. y en el Ureca, de la misma localidad. A los 14 años, ya como cadete, y siendo seguido por ojeadores de los principales clubes nacionales, se enrola en el Barça.
Con 16 años empieza a aparecer en el Barça B que entrenaba Guardiola, llega a debutar en el primer equipo en la Copa Catalunya y recibe tentadores contactos del Chelsea que no fructifican. En 2009, con 18 años, debuta en una de las últimas jornadas de una Liga que el Barça ya tenía ganada. A partir de ahí, su ascenso como sucesor de los Xavi o Iniesta parecía imparable. No obstante, es en 2011, el mismo año que debuta con la selección española, cuando pasa a convertirse en jugador de pleno derecho de la primera plantilla. Para ese entonces, ya había debutado en la Champions que el Barça ganó la temporada anterior, y ese mismo verano se lució en Múnich en un amistoso contra el equipo local, anotando los dos goles del partido.
Pero en el Barça parecía no casar del todo con lo que se espera de un centrocampista. Thiago no es solo toque y combinación, tiene más de vértigo, desborde y llegada que lo que suele esperarse de un medio de La Masia. Nunca llegó a disputar más de 30 partidos de Liga ni a ser titular indiscutible, y en el verano de 2013, tras un extraño enredo relacionado con su contrato y con la cláusula de rescisión, Thiago acabó yéndose al Bayern (con Guardiola recién sentado en su banquillo) por solo 25 millones de euros, un precio impropio para una de las mayores promesas del fútbol europeo.

Cuando parecía ir cogiendo ritmo en su aventura alemana, Thiago sufrió una inoportuna lesión de rodilla que le dejó fuera de servicio casi todo el año 2014, incluido el Mundial de Brasil, al que estaba llamado a acudir con España. No obstante, toda vez que ya esa angustiosa lesión ha quedado olvidada, su peso ha ido creciendo en su club, siendo esta temporada fundamental para la mejoría paulatina del juego de los bávaros y mostrando llegada con seis goles y siete asistencias repartidas, toda vez que Vidal y Alonso se encargan en mayor medida de las vigilancias defensivas.
También en la selección esta temporada los nubarrones se despejan. Tras varios años esperando su explosión, Lopetegui, que le conoce bien por haber liderado su selección Sub 21 y tenerle como jugador clave en dos títulos de campeones de Europa de la categoría, parece dispuesto a darle mando en plaza con La Roja.
Sin ser titular indiscutible, parece ya un fijo de las listas y es cuestión de tiempo que su ritmo marque el fútbol del combinado nacional. Él, que pudo elegir con qué escuadra jugar (su hermano Rafinha, sin ir más lejos, se decidió por Brasil, y su primo Rodrigo escogió también España), tiene pinta de ser el nuevo estandarte del distinguido juego español, la evolución del mediocampista patrio.
Muy valioso en el pase corto, el cambio de juego, la asistencia, el regate y la llegada (con un notable disparo de media distancia, tan preciso como sus pases), no rehuye el trabajo de presión tras pérdida. Incluso en el Bayern ha brillado esta temporada de mediocentro con responsabilidades defensivas.
Pieza clave de Ancelotti, le veremos esta semana en Champions enfrentarse al Real Madrid. Quien sabe, tal vez si deja una buena actuación, se fortalezcan los rumores que le sitúan de vuelta en el Barça. Este trotamundos de (casi) 26 años, que ya acumula 19 títulos en su carrera entre Barça, Bayern y selecciones inferiores, es fútbol puro… demostrando que la pureza, está en la mezcla.
Podría extenderme en un análisis de ciertos puntos negativos sobre Thiago (escasas veces le ofrece un pase a un compañero en clara ventaja para seguir jugando) lo resumiré en que tras la eliminatoria ante el Madrid ha parecido lo que venía siendo, un Iván de la Peña más.
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Gracias por seguirnos y dedicar un momento a comentar uno de nuestros artículos. Aunque no estoy del todo de acuerdo contigo, ya que Thiago me parece más completo que De la Peña, es un placer poder contrastar nuestras opiniones con las de nuestros lectores. Un saludo.
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