Los que nos dedicamos a la publicidad no podemos evitar fijarnos en todo lo que tenga que ver con nuestra profesión, la comunicación o el diseño… sí, incluso las pegatinas que alguien pone en las farolas de las ciudades. Pero es que no lo podemos evitar, lo miramos, lo analizamos, lo desgranamos y terminamos diciendo, madre mía o algo parecido y seguramente más fuerte, cuando no nos parece precisamente un buen trabajo, o cómo mola, o algo parecido, cuando hay un buen concepto o ejecución o ambas en la pieza que acabamos de ver.
Debido a que la publicidad es nuestra vida, nos creemos que todo el mundo presta la misma atención y la considera algo tan importante como nosotros. Pero nada más lejos de la realidad y nos damos cuenta cuando salimos de nuestro círculo de compañeros de profesión. Supongo, además, que esa es la razón por la que mucha gente del mundillo solo se relaciona con gente que trabaje en publicidad y por lo que todos necesitamos poder comentar las campañas con alguien que hable nuestro mismo idioma.
Publicidad que se vería más en un Apocalipsis Zombie
Pues bien, yo que colecciono anuarios sobre creatividad o que estoy suscrito a varias revistas donde hay dos tipos anuncios, los normales que paga una empresa para tener una página o dos para anunciar sus servicios y los anuncios que hacen que esté suscrito, que son una representación de lo mejor que se está haciendo en el mundo a nivel creativo (algo que hacemos todos los del mundillo), he encontrado un tipo de publicidad que se vería más en un Apocalipsis zombie, donde realmente no queda prácticamente nadie vivo y los zombies no se fijan en la publicidad porque sólo piensan en cerebros, que hasta para mí, pasa desapercibida.
Y es que siempre que la veo me hace plantearme las mismas preguntas: ¿Una marca paga para anunciarse aquí? ¿De verdad esto lo ve alguien? Para llegar a la conclusión, posiblemente errónea, de que hay otro motivo que poco tiene que ver con lo comercial para que exista, quizás amistad, apoyo, cercanía o altruismo… porque es publicidad muerta o The Walking DeAd.

(Fuente: «The Walking Dead»)
Y ¿qué publicidad es ésta que ni siquiera un creativo que vive por y para la publicidad le hace el más mínimo caso? Pues las vallas que hay en los campos de fútbol de los equipos de barrio. Sí, esa que a veces es un negocio del propio barrio, cosa que puede hacer más comprensible su existencia, pero que otras veces son empresas nacionales o multinacionales que tienen una valla en un campo, muchas veces, sin gradas.
El resultado es que el impacto que puedan tener no llegue ni a las 100 personas, y porque en el terreno de juego ya hay 22 jugadores, sino, ni eso. Tampoco es que estén intentando crear marca (hacer branding) y encima es un formato en el que se podría hacer creatividad y no suele pasar del logotipo, si es una gran empresa, o del logotipo y toda la información que vendría en un folleto, si se trata de una empresa local.

(fuente stadia-magazine.com)
Una campaña sobre lo que merece la pena patrocinar
Pues la campaña de la que me gustaría hablaros hoy trata exactamente de este tema, el patrocinio en pequeños campos de fútbol. El formato publicitario es Print (prensa o revista), la agencia Duval Guillaume de Bélgica, la marca o cliente que firma, el gigante del motor surcoreano, Hyundai y el año en que se desarrolló, 2006.

(Fuente: FIFA.com)
En ese año 2006 se celebró el mundial de fútbol en Alemania. El entorchado fue para Italia en una final que se decidió por penaltis, y que se recordará siempre por el cabezazo de Zidane a Materazzi, que acarreó su expulsión en el que fue su último partido como profesional. España, por su parte hizo un mundial muy discreto, cayendo esta vez en octavos de final, precisamente ante la Francia de Zidane. Lo que quizás no recuerde tanta gente, es que el coche oficial de aquel Mundial era Hyundai y aquí es donde entra la campaña de hoy.
Normalmente, cuando se hace una campaña de patrocinio de un gran evento, sea cual sea su tipología, se suele hacer a bombo y platillo, mostrando la grandeza del evento, su repercusión y espectacularidad. No en vano la marca se ha gastado un buen dinero y quiere amortizarlo no sólo en el evento sino en todas las comunicaciones que realiza. Pero lo interesante de esta campaña es que no lo hace así, al final sí habla del patrocinio del Mundial, sí respira fútbol, pero lo hace de una manera diferente y original desde la sencillez y el humor.

La campaña consta de 3 piezas en la que vemos diferentes campos de fútbol donde no hay gradas, es simplemente el terreno de juego. Para apoyar y dejar claro ese amateurismo que tiene el fútbol que están patrocinando podemos ver que detrás hay casas, una iglesia o hasta una fábrica. La idea además está bien pensada porque, no solo se desarrolla en diferentes campos de fútbol donde no hay gradas para el público, sino que prácticamente no hay nadie, ni siquiera la jugada se desarrolla cerca de la valla de publicidad. Esto consigue que a la campaña le invada una gran sensación de soledad, de vacío, de desamparo.
Sin embargo, por si fuera poco, además, las pocas personas que aparecen en las diferentes piezas están dando la espalda a la valla de Hyundai. La intención es dejar claro que está publicitando su marca para nadie, que patrocinan un club fantasma que nadie va a ver y que ni siquiera los protagonistas o el protagonista, mejor dicho, le hacen ningún caso (¿quién sabe? A lo mejor aquí fue cuando se les ocurrió que sería una buena idea aparecer como marca de coches que sobrevive al Apocalipsis para la serie “The Walking Dead”.) Todo esto, premeditado hasta el último detalle, busca llevarlo al extremo del sin sentido, del nulo éxito de su comunicación, para luego decirnos que bueno, que también patrocinan el Mundial de Fútbol de 2006.

Exactamente el titular de las piezas gráficas dice: “Para estar seguros de que nos verán, también patrocinamos la Copa Mundial 2006” . Una manera Diferente de decir, somos patrocinadores del evento futbolístico más importante del mundo y nos van a ver cientos de millones de personas.

Como siempre un magnífico artículo que nos permite a los ignorantes en estos temas comprender los caminos que usan los publicitas para llamar nuestra atención de forma sutil pero eficaz,claro está cuando esos caminos están bien asfaltados por buenos profesionales.
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