La importancia del negocio impera sobre cualquier razón y es por ello por lo que pese a encontrarnos en pleno mes de agosto ya se han disputado encuentros oficiales y la competición doméstica se acerca a su inicio.
Este será un año en el que parece, y lo digo con más ilusión que convencimiento, la Liga tendrá al menos cuatro equipos que a priori lucharán por el título o al menos para que los dos transatlánticos tengan que sudar más de lo normal.
El F.C.Barcelona vuelve a ser el gran favorito, basando sus opciones en la incógnita de saber cómo de afinados estarán sus tres tenores y con el gran desafío que tiene Luis Enrique ante si, hacer que la autocomplacencia no campe a sus anchas en el vestuario blaugrana. Hasta enero, el aficionado culé tendrá que tener fe ciega en que los suplentes dejen de cumplir a la perfección dicho papel y aporten la competitividad que un club de tal tamaño necesita.
El R.Madrid comienza el enésimo proyecto siendo Rafa Benítez el elegido por el dedo de Florentino. Un Florentino que, como no vayan bien las cosas, se puede encontrar con que medio Bernabéu coree el nombre de Ancelotti, un cuarto el de Mou y el resto su dimisión. Queda también por ver cómo se resuelve el tema de la portería y si Gareth Bale rompe por fin en el jugador que desde Inglaterra prometieron que era hace ya un par de veranos.
Al lado del Manzanares, el Atlético de Madrid ha tirado de cartera (a pesar de que se considera a sí mismo como un club humilde) para poder aspirar a algo grande. La gran diferencia con respecto a la temporada pasada estará en la delantera y es que a poco que Jackson Martínez y Vietto estén acertados, marcarán la diferencia. La vuelta del talento puro de Oliver Torres, que tiene pinta de romper a jugar esta temporada, junto con el regreso de Filipe Luis y la compra de Ferreira Carrasco y Savic hacen que el Atleti aspire a todo.
En esta terna de cuatro equipos, colocaría también al Sevilla. Sin embargo, las dudas del equipo de Emery son mayores. La clave estará en saber cuánto tiempo necesitará el técnico para que su nueva plantilla adquiera los mecanismos que han hecho del conjunto andaluz un rival completo en los últimos años. A estas dudas se suma la necesidad imperiosa de adquirir un delantero y es que Gameiro e Inmobile son poca artillería para las guerras europeas.
Muchos pensarán qué pasa con el Valencia. Pues la verdad es que se trata de una simple sensación pero creo que la temporada se le va a hacer larga y que no va a ser un equipo fiable. Afortunadamente para los seguidores de Mestalla que nos leen, solo se trata de una sensación.
Pero la Liga no termina solo en la parte alta. Los recién ascendidos suben mucho el nivel general de la competición con respecto a la temporada pasada. El Real Betis no es un recién ascendido como oficialmente se le considera, sino un histórico que aspira, de la mano de Pepe Mel, a quien sabe si llegar a competición europea. Otros equipos como el siempre estético Villarreal, el Celta de Berizzo o el Athletic Bilbao cuya cantera es un auténtico potosí, a buen seguro que animarán la Liga. Lo mismo que intentará el Sporting de Gijón, quien con lo puesto, tirará de un gran entrenador y de unos jóvenes que comprobarán lo que es la Primera.
En definitiva se trata de una temporada en la que seguro nos divertiremos y cuyo final traerá de nuevo la Copa América y la Eurocopa de Francia donde España intentará hacer olvidar los fantasmas de su reciente pasado. Aunque eso será harina de otro costal…