La vuelta al cole siempre llega. Para algunos será el otoño. El verdadero momento del año marcado por el emprendimiento de nuevos retos, el estreno de nuevos trabajos o por qué no, el tiempo en el que eres más consciente que nunca de que tu hijo, ese al que tenías hace meses acurrucado en un brazo, pasa a una nueva etapa, crece. Y en lo futbolístico, por mucho que se empeñe el calendario en adelantar estas fechas al verano, septiembre estipula una serie de rituales que completar antes de la verdadera inmersión en el nuevo curso.
Con dos jornadas de Liga finiquitadas y una en puertas, ayer se dio uno de esos momentos que denotan el final del verano. Hablamos del sorteo de la fase de grupos de la Champions League, un espectáculo por sí mismo. Esta vez sin errores técnicos pero repleto de esa tensa calma que caracteriza al fútbol europeo actual, polarizado entre la Premier, los pobrecitos como nosotros y aquellos conocidos clubes-estado. La suerte ha sido muy dispar a la hora del reparto entre los cuatro españoles, pero ¿quién apostaba por el Real Madrid el año pasado?
Ni tan mal
Esta expresión castiza viralizada entre los jóvenes madrileños en los últimos lustros expresa a la perfección la reacción que produce el cuadro del grupo B, el primero habitado por españoles, en concreto por el Atlético. Porque no está mal que entre todos los cabezas de serie te toque el Oporto, que aunque ha vuelto a reinar en Portugal, no parece contar con una de esas grandes plantillas de otras épocas. El año pasado no superaron la fase de grupos y este 2022 se desprendieron ya de sus estrellas: Luis Díaz, Fábio Vieira y Vitinha. Podrían acabar en Europa League.
Para ello, el Bayer Leverkusen tienen que responder a las expectativas. Sin grandes fichajes pero manteniendo el bloque que les hizo jugar muy bien la Europa League del año pasado, dependerán de si los Diaby, Demirbay o Shick acusan el salto. Un duro rival para la clasificación pese a su mal arranque en Bundesliga. Menos opciones tiene el Brujas, que peleará por la tercera plaza. Su dominio en Bélgica no parece darle para la Champions, pero si tiene opciones, éstas pasarán por el rendimiento de una de sus apuestas, Ferrán Jutglà.
¿De hierro o de madera?
El grupo C es el destino del F.C. Barcelona, cuyas palancas se enfrentan a una prueba de fuego. El durísimo sorteo para los blaugranas servirá para determinar si están hechas de un material sólido. No en vano, el rival que abre el cartel es uno de los favoritos, todo un Bayern de Munich. Morbito para un Barça que espera renacer con Lewandowski al mando, y qué mejor rival para ello que aquel que te endosó el famoso 2-8. Al nuevo y caro proyecto le hacen falta demostraciones de fuerza y ganar a los bávaros sería más que valorable.
Tampoco se queda atrás como contrincante de caché el Inter de Milán. Los de Simone Inzaghi deben estar sobreponiéndose de la irrupción de sus vecinos en la Serie A y además no han movido el mercado como acostumbran. Sin embargo, los neroazurri son un oponente temible con Lukaku, Lautaro y uno de los sistemas defensivos más férreos del torneo. Muy poco chance se le presupone al Viktoria Plzen, con una plantilla desconocida poco exigida en las rondas previas.
La suerte de los campeones
Esta popularizada expresión podría ser un mantra cada sorteo de Champions con el Real Madrid. Los vigentes reyes de la competición acostumbran azarosamente a verse agraciados con grupos, digamos, asequibles. Este año el mayor escollo procede de tierras alemanas y trae malos recuerdos en el Manzanares: el RB Leipzig. El curso pasado acabaron más lejos del Bayern que otros años, pero los de Tedesco son un equipo peligroso. La vuelta de Timo Werner a los blanquirrojos y la consolidación de Nkunku son las claves de un equipo que aspira a acompañar al Real Madrid a Octavos.
El tercer integrante del grupo F hubiera tenido otro papel en otras circunstancias. Hablamos del equipo ucraniano del Shakhtar Donetsk. Y es que la guerra ha obligado a este equipo del Donbás a debilitar su plantilla de los habituales y talentosos jugadores brasileños. Solo el orgullo ante la adversidad podría dar alguna oportunidad a un plantel prácticamente nacionalizado. De pocas gozará el Celtic, que vio como el último año todos miraban a Glasgow por el eterno rival y que buscará la sorpresa con el mismo bloque que disputó la Europa League 21-22.
A perro flaco
No se encuentra precisamente en su mejor momento el Sevilla de Lopetegui. Cuestionado en Liga por un sistema de juego inapetente y una planificación deficiente, los de Nervión no esperaban que la suerte se cebara con ellos con un cuadro tan dificultoso. El grupo G lo abre uno de los favoritos, el Manchester City de Guardiola. A su plantillón y su juego de kilates suman este año al auténtico killer de este deporte: Erling Haaland. Su objetivo va más allá de esta fase de grupos y eso podría, si se alinean los astros, producir distracciones.

Pero el problema es estar en el bombo 2 y que te caiga un hueso del 3. Esto es lo que le ha pasado al Sevilla con el Borussia Dortmund. Los alemanes, que ya saben lo que es eliminar a los rojiblancos en Champions, llegan con la base de estos años más algún retoque, como el de Haller en la delantera, cuya delicada enfermedad provee de una notable ausencia para Terzic. Hasta el Copenhague puede darte un susto en este grupo. Los daneses, con Matt Ryan en la portería y el español Biel en punta, ya eliminaron en la previa a un costeado Trabzonspor.
Está claro que no es fácil ganar en Champions, la competición que sólo reúne a ganadores, pero si el sorteo de fases de grupos ayuda, mejor. Que se lo digan a los dos equipos madrileños pero, sobre todo, a Barça y Sevilla, que empezarán fuerte su periplo europeo este curso.
Desde luego,hablando siempre desde la suposición,en el sorteo de la Champion ha habido suerte dispar,grupo sencillo para el Madrid,asequible para el atlético y difíciles para Barsa y Sevilla,sobre todo en el caso de este último cuando el equipo está lleno de dudas empezando por la afición, contagiando o contagiada por el equipo,ahora solo queda conocer el calendario que también influye en los muchos condicionantes de toda competición.Por ejemplo no es lo mismo tener que venir a Sevilla en Septiembre para los equipos de países fríos,Noruega,que ir a esos países cuando en ellos las temperaturas y situación climática es la habitual del otoño avanzado,o empezar los enfrentamientos más duros,futbolisticamente hablando,o empezar con los más asequibles,o fuera o en casa,en fin mañana habrá material para analizar.
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