Hace unas semanas, Marcelo Bechler, periodista brasileño, aseguraba ante la incredulidad de muchos culés entre los que se encontraba quien escribe, que Neymar lo tenía hecho con el PSG. Es lo que tiene el periodismo de hoy en día, que a base de llenar sus periódicos de noticias al más puro estilo Manolete, cuando publican una que es verdad, nadie les cree. La cuestión es que la realidad superó a la ficción y el PSG, tras contar con la esperpéntica connivencia en forma de silencios del brasileño, depositó la cláusula de rescisión allí donde le dejaron.
Los motivos, según se nos han hecho creer desde el entorno del jugador, por los que Neymar necesitaba salir del Barsa han sido principalmente dos. En primer lugar, buscar nuevos y mayores retos, véase ganar la Champions en un equipo donde su «hazaña» más reciente en Europa ha sido pasar a la historia por desperdiciar un 4-0. Esta búsqueda de retos se puede medio entender, aunque en mi opinión no hay más dificultad hoy día que volver a poner al Barsa donde se merece, después de los últimos años de «Luchismo» y frente al mejor Madrid de la última década tirando por lo bajo.
La segunda causa de la espantada carioca es, según apuntan las fuentes, el querer dejar de estar a la sombra de D10S y montarse su propio olimpo, es decir, destronar a Messi. Aquí la cosa se va complicando más. Vale que piense que no tiene nada más que aprender, vale que crea que ya está bien de servir cafés y que es hora de que se los sirvan, pero aun así dudo muchísimo que Neymar vaya a ganar algún Balón de Oro en los próximos años.
Por un lado, a Messi y a Ronaldo les queda cuerda para rato. Por otro, ¿cree Neymar que por meterle tres al Amiens de turno va a ser suficiente? El «nivelazo» de la Liga francesa es tal, que sus goles valdrán lo mismo que los que marque Cillian Sheridan, delantero del Jagiellonia, equipo de la Liga polaca. Para ser el mejor, lo que cuenta es la Champions, y la Champions es una auténtica lotería.

Finalmente, y como causa extraoficial, se apela a los 57€ por minuto que cobrará (incluidos domingos y días de guardar). Casualmente, a mi este me parecería el motivo más fácil de defender. Que sí, que luego te llamarán pesetero y cuando pises el Camp Nou te tirarán los billetes impresos con la cara de Figo que sobraron. Pero cambiar de lugar por ganar más es algo que cualquier trabajador al menos se plantearía. Y total, pesetero te van a llamar igual…
Desconozco cuál de estos tres motivos han llevado a Neymar a marcharse. Quizás alguno de ellos o quizás los tres. Es respetable la decisión que ha tomado, sin embargo las formas no son las de un jugador que se autodenominaba culé al grito de Visca el Barsa, Catalunya y la Moreneta si hacía falta. El no decir nada al club ni a los aficionados hasta las 24 horas previas a su traspaso demuestran que el Barsa, pese a perder un gran talento, se quita de encima un problema que iba camino de problemón. Ahora quedar ver si la directiva arregla el desaguisado de manera decente. Dinero tienen, capacidad lo sabremos en cuanto ruede el balón.