Todo sigue igual en la Liga aunque las sensaciones son distintas a las de hace tan solo un mes. El Barcelona gana con solvencia, entre brillo y algún todavía resquicio de claroscuro, el Atlético intenta aferrarse al último apoyo que le sostiene de ser aspirante a revalidar el título y el Madrid hace literalmente aguas.
Significativa es la manera en la que el equipo de Ancelotti parece haber entrado en barrena desde que le pusieron el escudo de campeón del mundo en la camiseta. El mismo al que Cristiano Ronaldo se esmeraba en sacar brillo el sábado en Córdoba.
Y es ahí donde quería llegar. Los malos modos que el Madrid muestra cuando las cosas no van bien es algo que aparece más de lo deseado en un club que aspira a ser señor. Me llama mucho la atención como el famoso sector de hooliperiodistas que se dejan ver tanto por el plató de cierto programa como en periódicos de tirada nacional, quiere tapar la acción del portugués como si se tratara de un lance del juego.
No señores. Lo sucedido en el Nuevo Arcángel tiene un nombre, o si me apuran dos. Agresión y chulería. Un lance del juego es un balón dividido al que se llega tarde pero de ningún modo intentar pegar puñetazos al más puro estilo Urtain.
Luego vino el paseo hacia el vestuario en plan romería camino de Almonte. Con parsimonia, gustándose. Aquí estoy yo, presumiendo de un parche que también lucieron en su momento Chygrynskiy o Bojan.
Veremos qué sanción recibe el portugués. Probablemente 2 partidos. Lejos de lo que debería haber sido si el colegiado no hubiera redactado el acta como si Florentino se la hubiera dictado.