Estamos apunto de entrar en las diez últimas jornadas de Liga. Ese punto de no retorno en el que Luis Aragonés situaba la frontera en la que se jugaban, en realidad, los resultados finales de la temporada. Es el momento en el que los nervios alcanzan su cénit y algunos toman decisiones duras.
Hoy se ha confirmado el sexto equipo de la Liga española que cambia de técnico. Se trata del Espanyol, que ha prescindido de Diego Martínez para sustituirle por su exjugador Luis García. En uno de esos casos, el del Villarreal CF, la sustitución fue involuntaria, ya que Emery se dejó llevar por el Aston Villa. El resto, Elche, Sevilla, Celta y Valencia, tomaron la decisión por los malos resultados cosechados. La primera conclusión es que, de todos ellos, solo el Celta ha conseguido escapar de los puestos peligrosos que ocupaba al hacer el cambio.
No obstante, vamos a analizar la situación caso por caso. Tomaremos la comparación entre los diferentes entrenadores que han pasado por cada club contabilizando tres parámetros. Los puntos por partido, goles a favor por partido y goles en contra por partido.
Elche CF, el colista de los cuatro técnicos
El caso del Elche es del mayor número de técnicos en esta temporada, y ni aun así abandonan el farolillo rojo que viene ocupando casi de entrada. Ya son cuatro entrenadores, y eso si no contamos con Alberto Gallego y con Sergio Mantecón, que tan solo ocuparon el puesto como interinos.
Más allá de Sebastián Beccacece, que tan solo lleva un partido en el cargo, y por ello, no tiene sentido que incluyamos en este análisis, la progresión entre los resultados de Francisco Rodríguez al inicio de la campaña, Jorge Almirón después y Pablo Machín hasta hace unos días, ha ido a mejor. Eso sí, en ningún caso esa mejora ha sido lo suficiente como para hacer pensar que el equipo se pudiera salvar.

En cuanto a los puntos conseguidos por partido, ninguno de los tres alcanzó la media de un punto por encuentro. Francisco logró un punto en siete partidos, Almirón alcanzó dos puntos en cinco encuentros y Machín sumó nueve en los doce partidos que dirigió.
En los tres casos también los resultados medios de goles a favor y en contra son desfavorables. Con Francisco convertía 0’43 para recibir nada menos que 2’57 goles en contra. Cifras redondas para Almirón, que anotaba uno y recibía dos en cada partido. Con Machín bajó el volumen de goles a favor, hasta 0’75 goles, aunque también el de goles en contra, hasta 1’5.
Sevilla FC, buscando el nivel esperado
El equipo de la capital hispalense esperaba una temporada en la que pudiera consolidar los resultados que apuntó la pasada campaña. En vista del final de la pasada temporada, ya resultaba arriesgada la continuidad de Lopetegui. El club decidió que fuera él quien ocupara el banquillo, pero la situación se tornó insoportable.
Siete partidos aguantó en el cargo el técnico vasco. Su recambio fue Jorge Sampaoli, quien afrontaba su segunda etapa en el banquillo sevillista. Aguantó 19 partidos, y a pesar de la mejoría de resultados y clasificación, el hecho de que no escapara definitivamente de la zona peligrosa, y la falta de sintonía con los jugadores, acabaron con el técnico argentino.

Concretando en números, casi duplicó el número de puntos por partido, pasando de 0’71 a 1’21. En cuanto a los goles a favor, la mejoría fue muy escasa, pasando de un gol justo anotado con Lopetegui, a 1’16 con Sampaoli. También mejoró el tercer parámetro calculado. Los goles en contra bajaron de 1’86 a 1’53 por encuentro.
No obstante, a pesar de esas mejoras, tampoco han sido suficientes. Sampaoli dejó paso a Mendilíbar, un entrenador más acostumbrado a lidiar con estas complicadas situaciones clasificatorias. El vasco, de momento, ha ganado su primer partido, pero habrá de dejar pasar partidos para ver si encuentran la estabilidad deseada que les lleve a un final de liga tranquilo.
Villarreal CF, un caso particular
Pocos días después del fallecimiento de José Manuel Llaneza, directivo fundamental en el despegue competitivo del Villarreal CF, el club sufría otro varapalo. El West Ham británico tiraba de billetera para llevarse al entrenador al frente del primer título de los castellonenses.
Bien es cierto que Unai Emery no pasaba los momentos de mejor credibilidad en el club, pero su repuesto, Quique Setién, resultó una elección no exenta de polémica ni de altibajos.

Repasando los fríos datos, estamos en el único caso de cambio de entrenador en el que no se ha mejorado la cantidad de puntos por partido. De 1’64 que consiguió Emery, a 1’63 de Setién. Bien es cierto que en la era Setién se ha mejorado un puesto, del séptimo al sexto, y además se ha asentado y actualmente mira más hacia arriba que hacia abajo en la clasificación.
Tampoco ha mejorado en el resultado medio de goles. Los goles a favor están levemente por debajo, de 1’27 a 1’25. Pero los goles en contra han subido como la espuma, de 0’64 con Emery a los 1’06 actuales. En definitiva, un cambio obligado a un estilo diferente, pero con el que han conseguido mantener resultados similares.
Real Celta, de sufrir a soñar
Cuando Eduardo El Chacho Coudet llegó al Celta hace un par de temporadas, lo hizo en noviembre para apagar el incendio que con Fran Escribá se estaba desatando en el club olívico. Hasta fecha muy similar aguantó él en la presente temporada, cuando dejó al club en la 16ª posición y con el descenso acechando.
La llegada del portugués Carlos Carvalhal revitalizó al equipo, despertó a jugadores que no estaban funcionando y potenció las fortalezas de los vigueses. Ahora, el equipo ha olvidado el peligro de la segunda división. Incluso se permite soñar con la clasificación europea.

Repasando los datos, la puntuación por partido pasó de 0’92 a 1’6 puntos. Esto, extrapolado a la Liga completa, significaría pasar de 35 a 61 puntos. O lo que es lo mismo, de pelear por el descenso a pelear por Europa.
Para ello, se mejoraron tanto los goles a favor como los goles en contra. De anotar 1’08 se pasó a anotar 1’4. Pero lo más notable ha sido que Carvalhal ha conseguido rebajar los goles en contra de los dos que recibía el equipo por Coudet por partido (una cifra muy elevada) a los solo 0’87 actuales.
Valencia CF, un histórico con apuros crónicos
La historia del Valencia en esta era de Peter Lim viene siendo un aviso constante del posible descenso a segunda. Aunque la afición ché no lo quiera creer, su mal sueño de estos años ya se ha asomado en algunas ocasiones al abismo, pero ninguna pareció tan en serio como la de esta temporada.
Arrancó con Gennaro Gattuso a los mandos. Un técnico muy diferente a la imagen que todos los que le vieron jugar podrían tener de él. Además, un tipo capaz de conectar con la afición por la pasión que transmite. El enésimo desencuentro entre directiva y técnicos en el Valencia le mandó para casa poco después de la vuelta del Mundial.
La interinidad de Voro esta vez no fue lo lucida que resultó en otras ocasiones, dejando al equipo más cerca del descenso de lo que estaba. La solución buscada fue una antigua leyenda de los buenos tiempos de la casa: Rubén Baraja.
Con Baraja el equipo no ha logrado salir de los puestos de descenso, ganando por la mínima los partidos de casa y perdiendo los de fuera, pero con capacidad para transmitir cierta esperanza en revertir la situación actual.

Está por ver cómo prosigue su andadura, pero hasta el momento, y sin entrar a comparar con Voro, Baraja apenas mejora a Gattuso. De 1’11 puntos por partido se ha pasado a 1’2. Lo más llamativo es el empeoramiento de los goles a favor, de 1’39 se ha pasado a unos exiguos 0’4. Aunque la buena noticia puede ser que también se han reducido los goles en contra. De 1’28 se ha pasado a un gol justo.
Una leve mejora en puntos que puede esconder el hecho de que el saldo medio entre goles marcados y recibidos ha pasado de ser positivo en 0’11 a ser negativo en 0’6.
Mejorar ligeramente las malas situaciones
Por lo que podemos concluir de los datos analizados, los cambios de entrenador mejoran las malas situaciones. No obstante, no creemos que el mayor problema sea el entrenador despedido, ya que esas mejoras son muy ligeras, y pueden tener más que ver con la toma de conciencia de una situación de urgencia que por las decisiones del propio entrenador.
El baile de entrenadores en nuestra Liga es mayor que en las otras grandes ligas,formas de vivir el fútbol,y desde luego la mayoría de las veces la situación de los clubes implicados no se debe al entrenador como principal causa,y requieren movimientos muchos más costosos y complejos,no obstante hay ocasiones en que bien la sintonía entre jugadores y entrenador, como en el caso de Sampaoli,no es positiva o sus métodos pierden eficacia y si se necesita un giro de timón.
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