No hubo lugar a la sorpresa en la última jornada de la Liga 2016/2017 y el Real Madrid C.F., tras vencer 0-2 en Málaga, consiguió alzarse con el campeonato liguero, el número 33 en la historia del club madrileño. Cristiano Ronaldo en el primer minuto y Benzema lograron los tantos madridistas, que hicieron estéril la victoria (4-2) del F.C. Barcelona ante el Eibar.
El equipo de Zidane es un justo campeón. Ha sido líder en 34 de las 38 jornadas ligueras y reaccionó sin contemplaciones y titubeos cuando el conjunto blaugrana le apretó las clavijas tras vencer en el clásico del Bernabéu. Desde ese partido, tanto merengues como culés lo han ganado todo, por eso, pensar que en la cita decisiva de la temporada fueran a dejarse sorprender (el Eibar rozó el milagro) era una idea descabellada.
Las claves del triunfo madridista, desde mi punto de vista, ha estado en la magnífica gestión que Zinedine Zidane ha hecho con su plantilla. El técnico galo ha dosificado muy bien a sus jugadores, le ha sabido dar a muchos de ellos su sitio y un papel importante, aunque se trataran de actores secundarios. Así, la aportación y el aire fresco e impetuoso de jugadores como Lucas Vázquez, Asensio o Morata ha sido fundamental para el éxito blanco. Esta circunstancia le ha permitido competir sin aparente fatiga en la Liga y en la Champions, donde, como todos sabemos, le queda pendiente la gran Final de Cardiff.

No voy a caer en el error de encumbrar al entrenador del Real Madrid como un gran técnico. Eso se lo tendrá que ganar Zidane con el paso de los años. Pero me parece irrespetuoso lo que han dicho algunos periodistas sobre el francés. En especial, me gustaría hacer mención a José Joaquín Brotons, que ha repetido hasta la saciedad que Zizou era un alineador, no un entrenador. Creo que esta opinión, que se hace evidentemente desde el sesgo de los colores futbolísticos del tertuliano de COPE, es injusta con el trabajo realizado por Zidane.
No quisiera terminar este artículo sin nombrar al jugador más decisivo, a mi parecer, del Real Madrid. Por encima del buen hacer de Ramos, Nacho, Marcelo y Carvajal en defensa, de los goles de Cristiano o del buen juego de Kroos y Modric, está la magia, el talento y la fantasía de un futbolista genial, que ha ido aumentando sus prestaciones y rendimiento paulatinamente hasta convertirse en fundamental para su equipo. Pongámonos de pie para felicitar y aplaudir como se merece a Isco. El malagueño ha demostrado ser uno de los grandes. Enhorabuena a él en particular y a todos los madridistas por el campeonato logrado.