La primavera ya llama a la puerta para ir anunciando su habitual y esperada visita. Con todo lo que eso conlleva: sol, buenas temperaturas… y rumores de fichajes.
Los presidentes ya se devanan los sesos preparando los talonarios para confeccionar plantillas competitivas. Unos preferirán gastar un dineral en jugadores que ya han demostrado su categoría en otros clubs y otros, sin embargo, se empeñarán en continuar con los cracks que ya forman parte de la historia de la institución por la dedicación y el trabajo de muchos años de fidelidad al equipo y a su afición.
Jugando a ser presidente, podríamos confeccionar una plantilla formada exclusivamente por este último tipo de jugadores, los conocidos como “one club man”.
La portería estaría muy bien cubierta. Contaría, por ejemplo, con el único guardameta al que se le ha concedido un balón de oro, el mítico Lev Yashin (Dinamo de Moscú). Por si fuera poco, otras dos leyendas le acompañarían, como el alemán Sepp Maier (Bayern Munich) y el español Luis Miguel Arconada (Real Sociedad). Así se eliminaría de golpe una de las principales preocupaciones de cualquier entrenador, la de mantener la portería propia a cero.

Aún así, al portero se le debe arropar con una buena defensa. Y buenos, buenos, son todos estos jugadores: Jamie Carragher (Liverpool), Tony Adams (Arsenal) y Gary Neville (Manchester United). Pero si la escuela inglesa no nos ofreciese suficientes garantías, siempre podríamos recurrir a la española, con José Antonio Camacho y Manolo Sanchís (Real Madrid) o Carlos Puyol (Barcelona). De todas formas, aún queda el recurso del siempre efectivo catenaccio italiano, representado por los formidables Franco Baresi, Paolo Maldini (Milán) y Giuseppe Bergomi (Inter de Milán).
Para el siempre complicado trabajo del centro del campo, un titular indiscutible podría ser el inigualable Matthew Le Tissier (Southampton). Como compañeros tendría a Paul Scholes (Manchester United) y los españoles Xabi Preieto (Real Sociedad), Julen Guerrero (Athletic Club de Bilbao) y Fran González (Deportivo de la Coruña).
De ese modo, portería, defensa y centro del campo estarían perfectamente completos. Pero quedaría casi lo más complicado, como buscar talento, imaginación y gol, casi nada, vamos, los delanteros.
Para el talento, nadie mejor que Francesco Totti (Roma), todo un dechado de virtudes futbolísticas. La velocidad y el regate correrían a cargo del gran Ryan Giggs (Manchester United). Y el gol lo aportaría un experto en el tema, otro mito como Uwe Seeler (Hamburgo). De Seeler hay que apuntar que vistió, solo por un partido, la camiseta de otro club, el Cork Celtic de Irlanda. Un partido donde, por cierto, dejó su sello anotando dos goles.
Ya tendría mi hipotética plantilla. Una, además, Para muchos años. Pero también me gustaría poseer esa fidelidad en la figura del entrenador, algo también muy complicado. Tendría dos candidatos al banquillo, que como jugadores vistieron una sola camiseta; Jurgen Klopp (Mainz 05) y Manuel Pellegrini (Universidad de Chile). Ambos técnicos cumplirían con todos los requisitos para formar parte de tan singular plantilla.
Tranquilo ante la idea de que ningún club millonario engatusaría a mis jugadores para cambiar de aires, la llegada de la primavera me provocaría dolores de cabeza, eso sí, a la hora de afrontar las consabidas renovaciones y aumentos de sueldo. Pero sé que todos ellos, además de calidad, tienen una cualidad casi extinguida en el fútbol actual: la fidelidad.
Desde luego hay que dominar y conocer el fútbol en profundidad para formar este hipotético equipo,así que mi admiración para el autor,aunque esto no supone que esté totalmente de acuerdo con la totalidad del plantel.Sabido es que cada aficionado convertido en entrenador tiene su propio equipo.
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