Las derrotas siempre son duras, pero la sensación de inferioridad lo es mucho más. Ayer en el Camp Nou se dieron las dos cosas.
A la bajada de confianza que supuso para el barcelonista el no ver a Leo Messi en el once titular, se unió al poco de empezar el partido una sensación que pronto se convertiría en realidad. El Barça ni creía ni podía.
Al final fueron tres golpes a un boxeador que ya estaba en la lona desde hace una semana. Tres que pudieron ser más.
¿Y ahora qué? Pues lo primero rematar una Liga que, pese a estar descontada por muchos desde hace meses, se debe ganar y disfrutar como merece.
Posteriormente comenzará el baile de nombres y cifras que suelen inundar cada verano, con la salvedad de que este año el aficionado no entendería que no se produjeran cambios significativos, tanto de jugadores como de actitud.
Digo esto porque me sorprendieron las declaraciones post partido de Tito Vilanova donde comentó que: «No es tanto cuestión de traer jugadores como de recuperar a los que tenemos«.
Obviamente uno no espera que el entrenador del F.C.Barcelona suelte en la rueda de prensa justo posterior a que te «pinten la cara» algo como: «Aquí no se va a salvar ni uno«. Pero simplemente con obviar la frase que dijo hubiera dejado a la parroquia culé más tranquila.
En parte Tito puede tener razón, puesto que hay jugadores que han llegado literalmente muertos al final de temporada pero sería de ciegos no ver que hay otros que no están a la altura de llevar la camiseta del Barsa.
No es que haya que tirar el barco porque éste se hunda, sino que simplemente hay que repararlo, y bien.
La idea de Tito de recuperar jugadores me parece la más acertada, debido a la juventud y la calidad que hay en el Barça. Lo más complicado es que aquellas posiciones que han de reforzarse están ahora ocupadas por jugadores que han marcado la realidad azulgrana y a los que se les ha querido mucho (Valdés, Puyol, quizá Alves, Xavi y Villa), por no hablar de las dificultades de encontrar sustitutos de calidad y la situación económica del club.
Por otro lado, echo de menos tener en plantilla alguien que tenga la sangre caliente. Puyol tiene 35 años y jugadores como Piqué, Busquets, Xavi, Iniesta, Messi, son buenos, pero son blandos, no tienen el carácter para levantar a un equipo como lo tenía Eto’o, Luis Enrique o Stoichkov. Creo que falta un poco de mala hostia.
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