Durante esta semana que hoy acaba hemos asistido al desenlace de los cuartos de final de la Copa del Rey. Unos cuartos de final que serán por último año a doble partido, dado que el formato del torneo copero se transforma radicalmente para la temporada 2019-2020.
El nuevo presidente de la Real Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, ya desde antes de erigirse como mandamás del ente y también desde que lo preside, siempre vino expresando su deseo de darle un cambio de cara a la Copa del Rey, en el sentido de pasar al sistema de partido único. Cambio de formato cuya decisión ya se tomó hace meses en unas de las asambleas del organismo federativo.
El formato por el que se ha optado es a imagen y semejanza del que se sigue en la Copa de la Liga de Inglaterra: cruces a partido único en el estadio del rival de categoría inferior (en caso de quedar emparejados equipos de igual categoría, se sortea el feudo en el cual se jugará) hasta cuartos de final, inclusive. Es decir, la única eliminatoria a ida y vuelta será la semifinal, para volver a jugar la final, obviamente, a partido único.
Venía siendo un clamor entre los aficionados y los corrillos y tertulias futbolísticos y periodísticos la necesidad de un cambio de sistema en el torneo más antiguo del fútbol patrio. El sistema de ida y vuelta, especialmente en primeras rondas, resultaba anodino y carente de emoción. Y máxime si el sorteo no era puro, sino teledirigido, pues se hacía emparejar a los equipos inmersos en competiciones europeas en cruces contra los equipos más débiles, esto es, los de Segunda B y Tercera.
Resultado: estadios desiertos en los partidos de vuelta, emoción nula y erradicación del factor sorpresa que todo torneo copero debe llevar ligado de manera ínsita. Cierto es que durante unos pocos años a principios de esta centuria se probó (con muchísimo éxito) un sistema mixto, esto es, las dos primeras eliminatorias a partido único y a partir de octavos el formato ida y vuelta. Pero se volvió, por presiones que iremos desvelando a lo largo de este artículo, al aburrido y anodino sistema de la ida y vuelta y sorteos de primera ronda teledirigidos para los grandes.

Si este sistema no engancha al aficionado y es tan nocivo para el propio espíritu de esta histórica competición, ¿por qué es el que lleva implantándose durante los últimos años? La respuesta es fácil. Tras varios ridículos en Copa con el sistema de partido único, Madrid y Barcelona se plantaron ante el otrora presidente Villar y le expusieron la necesidad de un cambio al antiguo formato. Era intolerable para los dos colosos de nuestro fútbol prestarse a caer eliminados en Toledo o en Figueras, como así le ocurrió a cada uno de ellos, respectivamente.
De modo que, de la mano de las televisiones, a las cuales convenía además el sistema de ida y vuelta pues así hay más partidos y los ingresos por publicidad se disparan, orquestaron el atentado al espectáculo. Y un presidente como Villar, vendido al poder por el poder, no se pudo negar. Por tanto, fin a aquellas noches coperas trepidantes, a aquellos carruseles radiofónicos de infarto. Murieron las esperanzas de equipos pequeños a los cuales se les terminó de hurtar la posibilidad de tener su día de gloria.
Como puede adivinarse, éste que suscribe es contrario al sistema que hasta este año está implantado. Reduce al mínimo la emoción (sobre todo en rondas tempranas con equipos de categorías inferiores aún en liza). Para premiar la regularidad ya está el campeonato liguero, en la Copa debería buscarse otra cosa, como acertadamente ha decidido el nuevo presidente de la RFEF.
Ahora bien, habrá que leer la letra pequeña para dirimir las bondades y defectos del nuevo sistema. Me explico: ¿se seguirán teledirigiendo los primeros cruces? ¿O habrá sorteo puro? ¿En qué ronda entrarán los equipos de Primera División? A mí particularmente me gusta el formato de la FA Cup inglesa (sería la homologable a la Copa del Rey española), en que una vez que entran en liza los equipos de la Premier, el sorteo es puro, esto es, puede tocar, por ejemplo, un Liverpool-Manchester United en primera ronda. Eso daría un gran impulso a nuestra Copa. Emoción a raudales desde el momento mismo del sorteo. Por desgracia, dudo mucho que así vaya a ser en España.

Pero, en definitiva, ya es un notable avance sólo el hecho de que salvo las semifinales todos los cruces serán a partido único. Era absurdo el sistema anterior. Además, para más inri y escarmiento, los propios impulsores de este arcaico sistema eran los mismos equipos que luego, en algunas ocasiones, parecían menospreciar o tirar la Copa por considerarla una competición menor y que casi les estorba en su calendario. Les estorba en el calendario, sí, pero después se oponen a descargar ese saturado calendario mediante la eliminación de partidos coperos en virtud de la implantación de los cruces a partido único. Dejen a los demás disfrutar de una Copa vibrante.
Sea como fuere, esta edición será la última con este formato. Los cruces se antojan emocionantes: Barcelona-Real Madrid y Real Betis-Valencia. Los ganadores quedan emplazados el día 25 de mayo en Sevilla. Lugar: estadio Benito Villamarín.