Como si se tratara de una carrera de Formula 1, el líder iba marcando el mejor tiempo vuelta a vuelta, aumentando la ventaja con sus perseguidores, hasta que descubrió que no llevaba suficiente gasolina para acabar la competición. Esta imagen da el Atlético de Madrid, que parecía seguro campeón en enero y que, ahora mismo, parece cuestión de tiempo que se vea superado por Real Madrid y F.C. Barcelona.
Tras la solvente victoria del sábado del Real Madrid ante el Éibar y el 1-0 in extremis del Barça ante el Valladolid, la derrota del Atlético en el Pizjuán comprime al máximo la cabeza de la clasificación se acaban de entrar en las últimas diez jornadas. Esas mismas diez jornadas a las que Luis Aragonés daba la máxima importancia a la hora de pelear por los objetivos pertinentes en una competición liguera. Tres equipos a un partido de distancia. Atlético aún líder con 66 puntos, F.C. Barcelona segundo con 65 y Real Madrid tercero con 63.
A principio de temporada, pensar en alcanzar la jornada 29 como primer clasificado y en la situación antes comentada, sería una gran noticia para los de Simeone, pero teniendo en cuenta la manera en la que ha dilapidado su ventaja, la decepción asoma por las caras de la afición colchonera.
Si tomamos los 19 partidos que componen la primera vuelta del campeonato para los colchoneros (como saben hubo algunos partidos correspondientes a la primera vuelta que se intercalaron en la segunda, por los múltiples aplazamientos), el Atlético habría alcanzado los 48 puntos. Esto son 2’53 puntos por partido. Si tomamos los de la segunda vuelta, son 18 puntos en 10 partidos, a 1’8 puntos por partido. En esos mismos parámetros, el F.C. Barcelona ha pasado de 1’95 puntos a 2’8 puntos por partido y el Real Madrid de 2’11 a 2’3 puntos por partido. De seguir con el ritmo de esta segunda vuelta, el Atletico acabaría con 82 puntos, el Barça con 90 puntos y el Real Madrid con 83 puntos. El equipo que parecía clarísimo favorito en navidades, terminaría tercero de continuar con la dinámica actual.
Y es que el bajón de las últimas fechas de los colchoneros es tan impresionante como su fulgurante arranque liguero. Sumando los resultados de sus diez primeros partidos en Liga tenían un resultado favorable de 28 goles a favor y dos en contra. En los diez últimos eso se ha convertido en once goles anotados y nueve recibidos.

Las causas de semejante diferencia en el rendimiento de un mismo equipo mediando unos pocos meses, deben ser múltiples. Por un lado, el equipo está físicamente débil. Parece tener la luz de la reserva encendida y esto le deja sin desborde.
Es verdad que ha sufrido múltiples lesiones y ha sido uno de los equipos españoles más castigado por el coronavirus. Tal vez, las secuelas de la afectación por COVID de varios jugadores importantes, como Carrasco o Joao Felix (increíble que el actual sea el mismo que deslumbró en los primeros partidos), hayan jugado un cierto papel.
También la sanción administrativa a Trippier por el turbio asunto de apuestas en el que cayó. O la sobrexplotación de Llorente en posiciones más alejadas del área de las que ocupó a principio de temporada, o el exceso de minutos de Koke o Luis Suárez, hayan provocado que estos jugadores, que eran los que rompían líneas en el juego ofensivo, estén sin chispa.
Tampoco en defensa ha estado fresco. Ni Oblak, a pesar de haber detenido dos penaltis fundamentales en las últimas dos jornadas, es el otros años, ni los centrales está teniendo continuidad. Hermoso ha bajado mucho el nivel en la segunda vuelta. Giménez sigue su vía crucis habitual de lesiones y Felipe está mucho más lento y fallón que la campaña pasada.
Por otro lado, el cambio a un sistema con tres centrales y dos carrileros no le ha dado tan buen rendimiento como el 4-4-2 del principio de la campaña. Con Herrera ayudando de área a área desde el mediocentro, el equipo controlaba los partidos en los primeros meses.

Una vez desapareció el mexicano, el centro del campo se vino abajo. Ni Torreira ni Kondogbia han terminado de cuajar, y Saúl está dejando un año para olvidar. Esto hizo que se adoptara el 5-3-2, para tratar de asegurar la defensa, pero tal vez sería mejor volver al plan de principios de temporada.
Así las cosas, al Atlético le quedan nueve partidos. Entre ellos tiene salidas al Villamarín, San Mamés o Camp Nou, en las que cuesta pensar que pueda ganar demasiados puntos vista su tendencia actual. Esencial ese próximo partido contra el Betis. Coincide con el Real Madrid – Barça, donde al menos uno de sus rivales se dejará puntos, y que pueda dar un respiro a los colchoneros.
En el calendario de los de Koeman, tras el Clásico, hay visitas a San Mamés, Villarreal o Mestalla, que pueden comprometerles a pesar de su buen nivel. Por no hablar de la visita del Atlético, claro. El Real Madrid también tiene que visitar San Mamés, además de recibir a Betis, Sevilla o Villarreal. Y no olvidemos esa eliminatoria de Champions frente al Liverpool.
Esto nos deja un final de campeonato apasionante. Donde las tendencias pueden volver a dar la vuelta en cualquier momento y que se resolverá en muy pocos puntos. Un gustazo para los aficionados imparciales… y un ataque al corazón para los involucrados.
Así es,para los “imparciales” un gustazo este final de Liga,y no solo por la cabeza sino por la cola donde solo el Alaves parece casi sentenciado,y por la disputa para entrar en Europa,donde el que más tranquilo parece encontrarse es el Sevilla,que salvo catástrofe, parece tener asegurada la cuarta plaza en esta ultimas nueve jornadas.Que lástima la ausencia de público que seguro vibraría con estos apasionantes partidos que restan.
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