El encuentro de ida celebrado el pasado miércoles 12 de abril en el Santiago Bernabéu, entre el Real Madrid y el Chelsea, arrojó como resultado un convincente 2-0 a favor del equipo merengue. Dos soberbias acciones, materializadas en sendos goles, primero del francés Benzema y posteriormente de Asensio, encarrilaron la eliminatoria sin lugar a ningún tipo de discusión a favor del equipo blanco.
Los de Frank Lampard, terceros en la pasada Premier League, se llevaron de regalo un buen repaso y baño de juego, de un Real Madrid tan irregular y desconcertante en la liga española, como tan sobresaliente, regular y espectacular equipo en la competición europea de Champions League.
La vuelta no fue muy diferente, a pesar de lo que normalmente se podía prever en este tipo de partidos, no hubo petición de hora ni mucho menos final agónico. El Real Madrid saltó al ruedo del estadio Stamford Bridge con su mejor traje de luces. Recibió al conjunto blue en su primer lance con su capote a porta gayola, mientras tanto los minutos seguían corriendo y los pases de muleta al natural iban mermando las embestidas del toro de cuartos. Ancelotti lo vio claro y en el cambio de tercio, ha sustituido a Casemiro por el Paulista Rodrygo Goes.
Rodrygo brilla en Stamford Bridge
Rodrygo continuó con su idilio en esta competición anotando dos “Goes”, el primero en el área pequeña comenzada la segunda mitad con su pierna izquierda y el segundo a placer con su pierna derecha tras pase de Fede Valverde. Estos dos certeros remates y las inconmensurables paradas del sobresaliente Thibaut Courtois, dieron la estocada definitiva al Chelsea en los cuartos de final, haciendo posible el pase a semifinales del Real Madrid con exquisita brillantez y un resultado global acumulado en la eliminatoria de 4–0.
Para las semifinales a buen seguro la piel del oso se venderá más cara o no, con este Real Madrid nunca se sabe. Un campeón a la altura de una competición con la que tiene un romance infinito, a la cual le tiene tomada la medida.
Esta vez tan sólo hubo que dar unos cuantos capotazos y muletazos para acabar con el adversario, quizás en semifinales necesitemos que una Armada como aquella de Felipe II del siglo XVI que definitivamente, esta vez sí, desembarque en Inglaterra; y se gane por partida doble el sobrenombre de la Invencible, sin ningún tipo de manipulación histórica; y por pleno derecho tras derrotar a dos de los grandes equipos de la Premier League.
Pero esto es otro cantar, mientras tanto disfrutemos de otra victoria épica histórica conseguida por nuestro particular Quijote, en la cuna de Shakespeare gritando ahora sí clara-mente, ¡REAL MADRID GOES! ¡VA EL REAL MADRID! Otro año más.