Un Real Madrid convulso sin triunfos que celebrar, por el despido de Ancelotti y las delicadas situaciones de la renovación de Ramos y el futuro de Casillas, navega esperando el capitán que lidere su nuevo proyecto. La prensa señala a Rafa Benítez como el elegido por Florentino para dirigir a los blancos y asumir este gran reto. El técnico madrileño llega al Bernabéu como lo hizo en Mestalla hace más de una década, sin el apoyo de gran parte de la grada y con una gran exigencia sobre sus espaldas. El Madrid necesita al «torero Benítez» que salió por la puerta grande de Valencia.
Analizando la situación actual del Real Madrid el técnico español puede encajar en ese perfil de entrenador que necesita el Bernabéu. Recordamos cómo fue Rafa en su última etapa en la Liga BBVA, su actitud con los jugadores, lo que podemos esperar de él, y como su carácter y su estilo pueden influir al conjunto blanco.
Hace 14 años pocos conocían a Rafa Benítez, había pasado por la cantera del Real Madrid, había mostrado su buen nivel en el Extremadura y Tenerife donde consiguió ascensos a Primera, pero también tenía tachones en su curriculum como las destituciones como técnico del Osasuna y Valladolid. Era un entrenador más, muchos pensaban que un técnico corriente, humilde, demasiado poco hecho para entrenar un club con galones de la élite del fútbol. Pero en Valencia apostaron por él ese verano de 2001.
Esa apuesta fue muy arriesgada, hay que recordar que aquel Valencia venía de rozar el cielo. Había perdido una final de Champions (la segunda consecutiva) en Milan frente al Bayern y por penaltis. El ambiente en Mestalla era de total decepción por perder otra vez esa gran oportunidad, y además, porque una chilena de Rivaldo dejaba al Valencia sin opción de intentarlo otra vez más la siguiente temporada. Ese gol del brasileño dejó a los ches quintos en la última jornada tras meses inmersos entre los cuatro primeros.
Y el murciélago anunciaba su marcha. Gaizka Mendieta decía adiós para irse a un Lazio donde ganar títulos. Curioso. En Italia no ganó nada y en Mestalla las copas llegaron a pares. Su decisión de marcharse dejaba tan tocado a Pedro Cortés, el presidente del club, que había prometido a la grada que el jugador emblema de la casa se quedaría y este poco después le decía adiós. Cortés dimitió.
En resumen, Benítez aterrizó en Valencia con la grada exigiéndole triunfos, tocar copas, celebrar títulos tras tantas noches de ensueño europeas que habían terminado con el sabor amargo de rozar el sobresaliente y quedarse con el notable. Y aquel nuevo Valencia del nuevo presidente Jaume Ortí y el Director Deportivo Javier Subirats apostó por él, por el “torero Benítez”, mote que le pusieron algunos cuando llegó a Mestalla.
Ese mote viene de un consejero por entonces del Valencia, Marcelo Safont, que como gran accionista ché tenía un puesto en la junta de dirección pero se mostraba como opositor al presidente. A Safont le molestó tanto que ficharan al desconocido Rafa Benítez como entrenador que cuando la prensa le preguntó por el nuevo técnico el contestó: “¿Quién es ese? El único Benítez que conozco es un torero” (en referencia al Cordobés). “Seremos el hazmerreír de España”, predijo Safont, parece ser que se equivocó.
El Benítez de Mestalla
Más de una década ha pasado, y el ahora prestigioso entrenador ha crecido y se ha desarrollado mucho desde entonces, bien los saben en el Liverpool, en el Inter, en el Nápoles…ha cambiado en ciertos aspectos pero el Real Madrid necesita ahora a ese “Rafa torero”, a ese hombre que apague fuegos pero dirija con las ideas claras y concisas. Por ello recordamos las claves de su paso por Mestalla destacando como se comportó, como fue como técnico ché:
- Distante con los jugadores. Los futbolistas más importantes de aquellas plantillas de éxito del Valencia (Albelda, Aimar, Marchena, Cañizares, Ayala…) dibujan a Rafa Benítez como gran trabajador y distante en la relación que mantenía con ellos. El entrenador se dirigía constantemente a ellos para corregirles, les decía lo que quería de ellos, estaba encima de su juego pero luego establecía un espacio jugador-entrenador para mantener clara esa separación.».
- Trabajador puro. Videos, estrategia y todo bajo control. Benítez revolucionó la forma de trabajar en Paterna, controlaba todos los datos de los entrenamientos con su base de datos del ordenador, se fijaba en cada detalle para mejorar el rendimiento de sus jugadores. Muchos decían que era un obseso del trabajo, así lo calificaron también en Liverpool. El equipo de atrás hacía delante. Benítez siempre recuerda que su Liverpool campeón marcó muchos goles cuando le describen como entrenador defensivo pero esa huella ha dejado. Aquel gran Valencia comenzó con una gran defensa (Ayala, Pellegrino, Djukic, Marchena) y un muro defensivo (Albelda y luego fichó a Sissoko para reforzarle). A partir de ahí el equipo fue creciendo con Baraja y Aimar y el rápido ataque.
- Exigente con la directiva. Rafa Benítez es ambicioso y nada le frena si sabe lo que necesita para conseguirlo. No se conforma con lo que le ofrecen, exige a sus directores deportivos o presidentes fichajes, y eso es algo que deben tener muy en cuenta quienes lo fichan. En Valencia reclamó en ruedas de prensa incorporaciones, llegó a discutir públicamente con Pitarch, Director Deportivo del Valencia en la última campaña de Benitez en Mestalla, porque fichajes. “Esperaba un sofá y me han traído una lámpara” eso dijo Rafa en uno de las incorporaciones que recibió para su equipo. En Liverpool, en el Inter y en el Nápoles también se mostró muy exigente pidiendo una serie de jugadores y eso era innegociable.
Su llegada al Santiago Bernabéu
Tiene trabajo el madrileño en su nuevo trabajo, de confirmarse los rumores claro. Se da por hecho que con la firma del contrato Rafa Benítez habrá detallado que jugadores considera necesarios e innegociables para fichar en su nuevo proyecto. Pronto lo sabremos, pero él ya debe tener en mente a esos jugadores.
Y la patata caliente le espera nada más llegar: Casillas. Con los rumores de De Gea, parece ser que a Florentino quién le pone este verano es el exportero rojiblanco, todo hace pensar que el futuro de Iker esta negro negro. Con Keylor Navas son tres grandes porteros para una sola portería. Benítez tendrá que tomar este difícil situación donde nada más llegar ya puede tirarse encima a parte de la grada blanca.
Con esto resuelto, o no, quién sabe, a lo mejor tenemos otro verano calentito con el tema de Casillas, Rafa Benítez empezará a planificar su gran reto blanco. Su éxito estará en saber manejar esa tremenda presión, como a Mestalla llega a un lugar sediento de triunfos y donde pocos apuestan por él de inicio. Aquí además de ganar le pedirán que no se olvide de esa parte bonita del fútbol, de ese juego espectáculo que gusta al Bernabéu. El tiempo, los partidos y los éxitos logrados, dictarán sentencia como siempre ocurre en esto del fútbol que tanto nos gusta.