Dos partidos consecutivos, dos competiciones diferentes, dos penaltis en contra del Real Madrid, dos penaltis parados por Iker Casillas. ¿De verdad se puso en duda la valía de “San Iker” hace unos meses?
Primero fue Mourinho, quien lo dejó en el banquillo tras su lesión en la mano, mientras que Diego López se hacía un hueco en el once titular blanco. Y luego fue Ancelotti, el que siguió la estela de su homólogo, relegando a Casillas a los partidos de Copa del Rey y Champions. El único que nunca perdió la confianza en “El Santo” fue el Seleccionador Nacional, Don Vicente del Bosque, que lo mantuvo como titular en todos los partidos que jugó la Roja, incluidos los de este último Mundial de Brasil, donde no salimos muy bien parados, caso opuesto a Keylor Navas.
Tras esa crisis de la selección española en el Mundial, empezó la Liga, y Florentino no pudo resistir a la tentación de fichar a ese portero costarricense del que todo el mundo hablaba. Keylor Navas llegó causando tanta expectación como incertidumbre en la entidad blanca. ¿Por quién se decantaría Ancelotti? Pues el entrenador italiano lo tuvo claro, y apostó por Casillas para disputar la mayoría de partidos hasta ahora, cuando Iker está en uno de sus mejores momentos.
Lo que no da lugar a dudas es que Casillas es un auténtico experto en parar penaltis determinantes. Todos guardamos en nuestras retinas la pena máxima que detuvo a Cardozo en el Mundial de 2010. Aquel partido contra Paraguay estaba marcado por la maldición de cuartos de nuestra selección, y gracias a Iker Casillas por su parada y a Villa por su gol, entramos en la semifinal de ese Mundial.
Mundial que marcó un punto de inflexión en la historia del fútbol de nuestro país y del mundo, ya que tuvimos delante de todos nosotros a aquel conjunto de jugadores con estrella que hicieron que los españoles volviéramos a creer en este deporte y pudiéramos tocar la gloria con nuestras propias manos de nuevo.