A nadie se le escapa que la Premier League va curso a curso ampliando su distancia con el resto de las grandes ligas. La pujanza económica del campeonato inglés le ha otorgado una hegemonía que no pueden discutir los saudíes con sus talonarios ni nosotros con nuestro romanticismo patrio. Y si hablamos de dominio, la extensión lógica en cuanto a clubes debería pasar por el Manchester City. Un equipo que ostenta el honor de ser el último vencedor de la Champions League y cuya plantilla, sumada a la batuta de Guardiola, lo convierten en favorito año a año.
Por ello, sorprende, y mucho, que en este curso 23-24 no sean los citizens los que se encuentren ya ocupando el liderato de la Premier. Y aún más que en este primer puesto provisional, tan inútil como significativo, no encontremos al Arsenal, gran agitador la temporada pasada, o al siempre competitivo Liverpool. El Manchester United y el Chelsea ni están, ni se les espera. Sin embargo, el equipo que actualmente mira a todos desde arriba es el Tottenham Hotspur. De ahí que muchos se pregunten si (por fin) estamos ante el año de los spurs. Curiosamente el primero post Harry Kane. Veremos por qué podría serlo.
¿Quién es Ange Postecoglou?
Muchos aficionados del Tottenham se preguntaban de dónde había salido este entrenador grecoaustraliano. Normal, también pasó lo mismo dos años antes cuando fichó por un Celtic de capa caída. Algunos periodistas de Glasgow incluso criticaron duramente su incorporación a los verdiblancos. Palabras que tuvieron que tragarse cuando llevó a los católicos a ganar cinco títulos en los dos años que permaneció allí, incluidas dos ligas. De ahí que los dueños estadounidenses del Tottenham lo reclutaran para ocupar el convulso banquillo de los lilywhites. Un banquillo que no acaba de convencer desde el fin de la era Pochettino.

Postecoclou es un tipo serio que tiene muy claras las cosas. Como jugador apenas fue un futbolista más de la exótica liga australiana que con menos de 30 años colgó las botas por una lesión. Periplo que le sirvió para conocer estrechamente al mítico Puskas, su entrenador en aquel entonces, y a decidirse por emularle en los banquillos. Su estilo predilecto de juego pasa por un 1-4-2-3-1 ofensivo con extremos abiertos y bloque alto en la presión. Su principal variante es el 1-4-3-3 pero tampoco es reacio a jugar con cinco atrás y laterales abiertos. Aunque la mayor seña de identidad de sus equipos es la agresividad y la intensidad en los 90 minutos.
El factor Maddison
El exjugador del Leicester City está de dulce esta temporada. Pero no sólo hay que valorar positivamente la llegada del que podríamos catalogar como MVP de lo que llevamos de curso. El exdirector deportivo Fabio Paratici, ahora sucedido por Johan Lange, acertó y mucho con los fichajes el pasado verano. No obstante, es lógico que los focos se centren en el centrocampista de Coventry. Tras descender el pasado año con el Leicester, el internacional se ha convertido en el alma (y en el 10) de los spurs. Todo el juego de ataque del equipo pasa por sus botas como demuestran sus 3 goles y 5 asistencias. Un mediapunta con predilección por la velocidad y una visión de juego necesaria en White Hart Lane, que sin Kane estaba ávido de una estrella.
Tampoco podemos olvidarnos de altas en piezas clave como Guglielmo Vicario. El desconocido guardameta italiano, procede del Empoli y no es que sea un juvenil, ya está haciendo olvidar a Hugo Lloris. O el del joven central neerlandés Micky van de Ven, un tallo que ya es indiscutible en la zaga lilywhite. Sin olvidarnos de la adquisición de dos hombres fundamentales en la banda derecha spur y que ya habían demostrado maneras el pasado curso como cedidos: Dejan Kulusevski y el español Pedro Porro. A todo ello, hay que añadir el paso adelante que han dado futbolistas como Richarlison, Pape Matar Sarr, que ha pasado de recambio inusual a fijar la medular y, sobre todo, Son Heung Min. El surcoreano, que siempre ha encontrado puerta con facilidad, está pulverizando sus marcas al liberarse de la alargada sombra de Kane.
Un partido a la semana
El tercer factor que podemos destacar como una de las cusas del buen momento del Tottenham no es por ello menos importante. Y es que los grandes equipos de la Premier League juegan competición europea y los de White Hart Lane. Para colmo, quedaron eliminados por penaltys en el único partido que han disputado este año de EFL Cup, por lo que sólo podrá distraerles algo la FA Cup a partir de enero. Esto hace que los spurs puedan afrontar los partidos con mayor tiempo de preparación que rivales directos como Manchester City, Arsenal o Liverpool entre otros.

Por otro lado, el equipo goza también de mayor frescura, un aspecto importante teniendo en cuenta el factor psicológico y lo apretados que son los calendarios del fútbol actual. Sin olvidar el plano físico. Una menor carga de partidos permite rotar menos a Postecoglou, que cuenta con una plantilla de un nivel más que suficiente para afrontar así las dos competiciones. De hecho, sólo ha habido cinco titularidades en jugadores fuera del once tipo spur. Es decir, de las 99 camisetas titulares que ha repartido el míster australiano hasta ahora, sólo 5 las han vestido futbolistas no habituales. Por no hablar de cómo se minimiza así el riesgo de lesiones, una verdadera lacra en este comienzo de temporada en todas las grandes ligas.
Todos estos aspectos podrían hacer que el Tottenham Hotspur, subcampeón de la Champions League hace cinco años y huérfano de su estrella Harry Kane, esté ante su gran año. Sólo el tiempo dirá si es así.
Una de las cosas que hacen muy atractiva a la Premier es la rotación que suele existir entre varios equipos en la disputa y consecución de los títulos,incluyendo por supuesto la competición regular,y que en nuestra competición,más monótona,queda reducida al Madrid,Barcelona y de vez en cuando al Atlético pues hace bastante tiempo que ningún otro equipo logra encaramarse al título de Liga.
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