En teoría, el balón debiera rodar este mismo fin de semana en la primera jornada de la Primera División Femenina. Grandes partidos aguardan a que se dé el pitido inicial: Valencia-Betis, Villareal-Real Madrid o Atlético Madrid-Real Sociedad son algunos ejemplos. Sin embargo, un elemento indispensable del juego ha decidido poner en pausa el inicio: hay huelga de árbitras. El motivo es sencillo: las árbitras y sus asistentes desean que se regularice su situación profesional.
Siendo más exactos: «En el contexto de una nueva competición profesional consideramos que el arbitraje femenino debe tener unas condiciones mínimas para el ejercicio de nuestra actividad dentro de la competición profesional. No es concebible que el estamento arbitral sea el único que quede al margen de un crecimiento que consideramos tan justo como necesario», indica este colectivo en el comunicado oficial publicado ayer en la Real Federación Española de Fútbol. El comunicado es ejemplo de que, aunque hay avances, todavía queda mucho por hacer en igualar el fútbol masculino con el femenino en España. Debe recordarse que hace un par de años las jugadoras también fueron a la huelga por motivos similares.

Una de las reivindicaciones principales que exigen el conjunto de árbitras es la mejora de las condiciones laborales para que se asemejen más a los estamentos arbitrales masculinos. «[…]tener unas condiciones laborales mínimas asimilables a las del estamento arbitral de la competición profesional masculina, lo que implica poder disponer de unas condiciones laborales asimilables que nos permitan dedicar el tiempo necesario imprescindible que requiere estar en una competición profesional», indica el ya citado comunicado.
El Comité Técnico de Árbitros no ha sido el único estamento oficial vinculado al Fútbol Femenino en emitir un comunicado. La propia Liga Profesional de Fútbol Femenino ha llevado a cabo la misma acción. En un escrito más detallado, si lo comparamos con el del colectivo arbitral, La Liga F expone una serie de puntos a tener en cuenta. Se acusa directamente a Rubiales y su directiva de haber engañado al colectivo arbitral: «Utilizar a la mujer como ariete para conseguir su objetivo de destruir el fútbol femenino español», son las palabras utilizadas contra Rubiales en el escrito.
Aunque en el mismo documento se recuerda al colectivo arbitral su deber de pitar los partidos de futbol programados para este fin de semana, alegando que la función arbitral es una función publica delegada por lo que: «Si por cualquier motivo, la jornada no llegara a disputarse, desde la LPFF y sus Clubes se iniciarán todas las acciones legales, disciplinarias y de daños y perjuicios contra todos aquellos y aquellas que incumplieron sus funciones o hubieran participado, o instigado a tal incumplimiento». La Liga Profesional de Fútbol Femenino hace un llamamiento hacia las árbitras, animándolas a que se sienten con la Liga y conozcan de primera mano las negociaciones y las ofertas pertinentes.