Este sábado le llega a Paul Pogba la oportunidad que lleva esperando toda su vida. Está ante su primera gran final y el joven francés sabe que llegará muy lejos. Lo sabe él y lo sabemos todos nosotros. Y, dejando a un lado al mejor jugador de la historia, las cámaras de medio mundo nos mostrarán cada uno de sus controles, sus regates y si el Barça se lo permite, alguno de sus goles.
Pogba es un jugador del siglo XXI y como todo en esta época, él también tiene prisas por triunfar. Su objetivo es la gloria y la ha buscado desde que dejó Francia con 16 años para recalar en la academia del Manchester United. Un cambio de aires marcado por la polémica en un caso similar al de La Masia blaugrana, pero que en este caso todo salió bien para los Red Devils.
No tuvo problemas para escalar hasta llegar al primer equipo. Con 18 años se ponía a las órdenes de un Alex Ferguson al que no convenció. No se sabe exactamente el por qué, pero el escocés no supo ver las cualidades de una futura estrella que, como todas las estrellas, reclamaba un papel protagonista que el escocés le negaba. Así que medio año después de debutar en la Premier League, Pogba se marchaba gratis a la Juventus, en la que desde el primer día ocupó un puesto en el centro del campo junto a cracks como Pirlo y Vidal.
De eso hace tan solo 3 años y en ese camino ha pasado de promesa a jugador consagrado. Balón de Oro del Mundial sub20 de 2013, Golden Boy, Trofeo Bravo, tres Serie A, dos Supercopas de Italia, una Copa de Italia, y en el este último Mundial de Brasil fue elegido como mejor jugador joven.
La Champions supone el mejor escenario para demostrar su calidad, en una final en la que se ve resignado a huir de la palabra favorito, porque no lo son. Delante están los mejores y el mejor de los mejores. Una gran final podría suponer un salto cualitativo en su carrera, ya que Turín se le ha quedado pequeña. Teniendo en cuenta que su agente es Mino Raiola, el cambio de aires siempre es posible.
Al acecho están tanto el Madrid como el propio Barça, como el resto de grandes de Europa. Los ceros comenzarán a acumularse tras una cifra más allá del 50, pero ¿realmente los vale? Pogba es bueno, muy bueno, joven, alto y fuerte, técnicamente incuestionable, y con un golpeo de balón muy destacable. Se podría comparar con Touré, por el espacio que ocupa en el campo, pero más estético y espectacular, y con el mismo gusto por conducir el balón, llegar al área contraria y, por supuesto, por marcar. Yo lo tengo muy claro, no tengo dudas y quiero a Pogba en mi equipo ya.