Los tiempos cambian Europa, ya no eres centro del fútbol. Esta Copa del Mundo es la prueba, Rusia es el argumento de mayor peso. No se gana por nombre ni fama de miembros de un equipo. Las grandes estrellas de las grandes ligas sufren y sudan para lograr los octavos de final.
Pregunten a Alemania. España sufrió contra Irán. Argentina casi eliminada, Brasil sufriendo y en el descuento ganó a Costa Rica. Japón sorprendió a una valiente Colombia. Perú planta cara, pero con muy mala puntería. Marruecos mereció mejor suerte desplegando buen juego. Son solo algunos ejemplos de que no todo es blanco o negro en este Mundial.
Estas sorpresas lejos de la suerte, o falta de ella, tiene varios puntos a explicar:
Los kilómetros no son distancia real

Cada vez son más frecuentes los experimentos exóticos de profesionales del fútbol europeo por todo el mundo, es una de las consecuencias de la globalización. Experiencias en Asia, Oceanía y África, de profesionales de primer nivel, mucho antes de tener edad para una jubilación dorada, son la clave. Véase el fútbol chino.
Son conscientes los jugadores, de países con una cultura futbolística más pobre, que deben salir de sus países de origen para empaparse de varios conceptos de juego que luego aplicarán en sus selecciones. Lo mismo ocurre con entrenadores. El fútbol viaja por todo el globo. Uno de los destinos favoritos es Europa.
Inteligencia utilizando los recursos

El aficionado quiere buen fútbol. Juego que ilusione. Pero no olvidemos que un Mundial dura un suspiro. Lo práctico debe reinar sobre lo bello. No es una liga de larga duración. En este mundial, muchos equipos, a priori inferiores, han demostrado tener las ideas muy claras en cuanto a patrón de juego y la manera en cómo deben usar sus plantillas.
Puede parecer una idea obvia, aunque en varios partidos pareció que muchas de las selecciones llamadas a ser favoritas no tienen claro el cambio de mentalidad a un plan B. Contra equipos rocosos, se sufre mucho. Un ejemplo es la selección nuestra, la roja. Es maravilloso la obsesión por el balón , pero se echa en falta mayor calidad en los tiros a puerta y no obsesionarse con entrar con el esférico hasta la cocina.
Si estudias bien a los rivales, no se debe jugar siempre de la misma manera. Así, no hay lugar a la sorpresa. Están las individualidades salvando muchos cuellos. Brasil, Inglaterra, Portugal o Francia son algunos ejemplos. Ronaldo, Kane, Coutihno. En nuestra selección, Diego Costa e Isco marcan las diferencias. Una de las escasas selecciones que no ha defraudado es Croacia. Muy clara tiene sus ideas y su centro del campo es sencillamente magistral.
La falta de humildad

Completando el punto anterior, puede decirse que el mundo ha mirado a Europa aunque Europa no ha mirado al mundo. Muchas selecciones han demostrado estudiar a sus rivales mejor que los rivales más fuertes a ellas. Desconocimiento, falta grave en el fútbol moderno, o pequeño golpe de egocentrismo de creer que puede más una estrella en el pecho que noventa minutos sobre el terreno de juego.
Un ejemplo es la explosiva Bélgica. Tras dos goleadas se habla de favoritismo para alcanzar la final. No olvidemos que se ha tenido que enfrentar a Túnez y Panamá. Futuros rivales no darán tantas facilidades en defensa.
Cansancio por la diferencia de calendarios

Otro de los factores es que algunos equipos han llegado con las piernas más descansadas. La alta competición y el cargado calendario de algunos países, pasa factura. Algunos lo llaman baja forma, cuando deben decir cansancio. Si sufres de ello ante un equipo perteneciente a un país con competición mas corta, se nota.
Volvemos a marcar la importancia de la falta de un plan B: llámese otra estrategia, modo de juego, o confiar más en las rotaciones. Las rotaciones parecen ser el comodín en lesiones o en los terceros partidos de la fase de grupos si se ha logrado la clasificación. No tiene sentido usar sólo a 13 o 14 jugadores.
De ahí que las selecciones Asiáticas y Africanas estén dando un nivel superior al esperado. Rigidez en defensa, músculo y rapidez, además de mayor descanso. Esto unido a una gran fortaleza física, son sus armas en la mayoría de casos. Cuando quiso, Japón era una bala al contragolpe.
Escasas novedades bajo el sol

Resumiendo, cada vez hay menos diferencias en el mundo moderno en cuanto a fútbol se refiere. Quién menos conformista sea, podrá ir más lejos en este Mundial de Rusia. Concentración, mirar más hacia el banquillo. Dar soluciones sobre el verde. No siempre se marca en el último minuto o el VAR da lanzamiento desde los once metros.
Saber aprovechar el estudio sobre el rival, nunca fiarse. Cabeza fría en los momentos difíciles. Sobre todo tener en cuenta que en una Copa del Mundo, nadie regala nada. Hay que tomarlo a fuerza de garra, juego y gol.