Tenía 16 años y corría la banda arriba y abajo haciendo ejercicios de calentamiento, seguro de que sería otro el que saltaría al campo. Al fin y al cabo aquel equipo era el poderoso Milán y los jugadores no debutaban hasta que estuvieran realmente bien preparados.
En ese momento el defensa Battistini se lesionó y su entonces entrenador, el sueco Niels Liedholm, le dijo que se prepara para entrar. Paolo Maldini saltó al terreno de juego y ocupó la banda izquierda. A su derecha, el gran capitán del fútbol italiano ocupaba el centro de la defensa, el semi dios Franco Baresi.
Con Baresi como maestro y bajo la dirección de un ingeniero defensivo como Arrigo Sacchi, Maldini aportó su talento natural para construir aquella impenetrable retaguardia que traería tantos éxitos al conjunto rossonero en la década de los noventa.
Con tan sólo 18 años era ya un jugador maduro que se había forjado una autoridad incontestable en el lateral. Gracias a la proyección internacional del Milán de aquellos años, Paolo fue pronto unánimemente reconocido como el mejor lateral izquierdo del mundo.

Jugador de gran envergadura, 1.87 metros y 85 kilos de peso, fue el fiel reflejo de la hoy famosa frase «o pasa el jugador o la pelota, pero los dos no«. Paciente, dominaba el arte de esperar, dejando que el delantero fuera quien llevara la iniciativa. Expeditivo pero elegante, Maldini era autoritario y enérgico, pero siempre limpio (desde 1985 tan sólo fué expulsado en dos ocasiones).
Dotado de una gran técnica, se incorporaba con facilidad al ataque, si bien en esa función fue más asiduo en las categorías juveniles de la selección italiana.
Más de 500 partidos de Liga después de aquel ya histórico día en Udine, Paolo Maldini mantuvo durante 17 años la titularidad en uno de los mejores equipos de Europa y del mundo. Junto a Baresi, Costacurta y Tassotti, formó la mejor y más efectiva defensa europea de la época.
Disputó 4 mundiales; Italia 1990, Estados Unidos 1994 (logrando el subcampeonato en un épico partido contra Brasil) Francia 1998 y Corea-Japón 2002. Pese a sus participaciones, no logró alzarse nunca con el título de campeón. Acabó retirándose definitivamente de la selección en 2002.

Nos recuerda a otros ejemplos como Xavi, Puyol o Casillas, un hombre de la casa, hecho a base de esfuerzo y trabajo y que sólo vistió una camiseta, en este caso la del Milán.
Maldini ha ganado, a nivel de clubes, absolutamente todo. Sin embargo, a nivel de selecciones esa sería sin dudarlo su única rémora vestido de corto. Nunca pudo ver realizado su sueño de ganar el campeonato del mundo, y en cuanto a Eurocopas, llegó a disputar la final del año 2000, perdiendo contra la selección francesa.
Parece increíble que semejante talento no recibiera un más que merecido Balón de Oro, pero ya se sabe que el fútbol en numerosas ocasiones no entiende de lógica…
Increíble que este tío no consiguiera un balón de oro. Para mi, el mejor central de la historia del fútbol y con diferencia. Encima, fue un profesional como la copa de un pino manteniendo un nivel muy alto hasta su retirada definitiva.
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