Ousmane Dembélé dejó en esta última jornada al F.C.Barcelona a un punto del Atlético. Agonizaba el partido en el minuto 90 y, en uno de los pocos despistes defensivos que tuvo la defensa del Valladolid, le cayó un balón rebotado en el área. El «mosquito» no se lo pensó dos veces y conectó un zurdazo ante el que no pudo hacer nada Masip. Gol. Uno a cero. El Barça depende de sí mismo para ganar La Liga.
La temporada 2020/21 se está convirtiendo en el resurgir de un jugador que tiene madera de crack. Atrás quedaron las críticas (injustas y gratuitas en su mayoría) a su vida fuera del campo, las roturas y las lesiones. Dembélé es portada por lo que debe de ser: sus goles, su participación en el juego y por la alegría que está aportando al barcelonismo.
Koeman cuida de Dembélé
La llegada de Ronald Koeman tiene mucho que ver en esto. Ni Valverde, ni mucho menos Setién, saben lo que es vivir la élite del fútbol. Ellos están acostumbrados al fútbol del barro y la dureza, pero hay aspectos que se les pueden escapar. En el caso de Ousmane, cómo conseguir que un chico francés, con pocos lazos en la plantilla, sin hablar el idioma y en plena fase de maduración como jugador y persona, llegue a rendir como se espera que rinda.
Koeman esto lo entendió muy bien. Recuperó la cultura del esfuerzo y la preparación física del equipo se ha convertido en una de las claves de este Barça. Tras deshacerse de jugadores en el ocaso de su carrera, el siguiente paso era recuperar el tono muscular.

Dembélé ha agradecido con un rendimiento espectacular este cambio de paradigma. Es lo que se buscaba cuando el jugador se rodeó de un equipo propio para potenciar su fútbol. La llegada del preparador Albert Roca ha sido el último detalle para que Dembélé se haya transformado en el jugador decisivo que es hoy en día. El hecho de que Roca hable francés de forma fluida ha terminado de marcar la diferencia con sus predecesores en el cargo.
El próximo día 11 de abril será el día para ver hasta dónde ha llegado este cambio y hasta dónde puede llegar este equipo. El Barça se presenta a El Clásico en su mejor momento y de la mano del mejor Ousmane Dembélé que se ha visto con la camiseta blaugrana. Hay ganas de dar un golpe sobre la mesa y afianzar esas opciones reales de conseguir de nuevo La Liga. Ya lo anunció Joan Laporta en su famosa pancarta: hay ganas de volver a veros.
Nos espera un apasionante partido,pero no va a ser definitivo de cara al final de la Liga,es verdad que quien incline la balanza a su favor dará un importantísimo paso,y psicológicamente saldrá igualmente reforzado,pero el curso del campeonato nos enseña que cualquier equipo puede dar la relativa sorpresa y darle un disgusto al favorito,sin ir más lejos el Valladolid estuvo muy cerca de conseguirlo y posibilitar otras lecturas de cara al final de la cada vez más apasionante Liga.
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