Noviembre debe su nombre a ser el noveno mes del calendario romano. Las hojas secas son habituales. Las raíces se asoman en el cuerno de la abundancia. Los días se acaban antes. El invierno va llegando y todo se tiñe de un color gris, marrón, ocre. La vida se apaga e invita al recogimiento. En clave blaugrana, el Barça sufre.
Desde hace ya unos cuantos años, el mes de noviembre es un mes difícil para el Barça. No se sabe bien por qué, pero el equipo suele tener tropiezos y decepciones. Si echamos la vista atrás, encontramos empates en partidos que deberían haber sido fáciles. Encontramos derrotas dolorosas. Encontramos alguna decepción, alguna eliminación, difícil de digerir.
En este sentido, el partido de los blaugranas contra el Alavés es propio de este mes de noviembre. Se inicia el duelo con el saque del Barça, pero decide regalar el balón con un pelotazo al aire. İlkay Gündoğan recoge el rebote de la defensa y, víctima de sus propias palabras, la pierde, facilitando un rápido contrataque que pilla a la defensa culer desprotegida. Tan solo han sido 18 segundos y ya van perdiendo.
Es difícil entender qué le está ocurriendo al Barça. La respuesta fácil es señalar al banquillo y resaltar la poca experiencia de Xavi. Luego apoyarse en las explicaciones que da tras cada partido, que suenan a malas excusas. Finalmente, pedir un cambio que no puede llegar, porque no hay presupuesto para finiquitos ni nuevas contrataciones.
Otros señalan a jugadores que parecen contagiarse del frío de noviembre. Joao Cancelo parece justificar su paso efímero por Inter de Milán, Juventus, Manchester City y Bayern de Múnich. Jules Koundé pierde fiabilidad cuando nadie lo espera. Alejandro Balde no es tan determinante como la temporada pasada. Oriol Romeu enseña sus limitaciones con el balón. Raphinha toma malas decisiones. Lamine Yamal se muestra como lo que es: un chico de 16 años en formación. Ferran Torres no es capaz de encadenar dos partidos marcando. Joao Félix deja sensaciones, pero se espera mucho más.
Se finalizó octubre con una derrota dolorosa contra el Real Madrid. La suerte se presentó en el último minuto contra la Real Sociedad en San Sebastián. El Shakhtar despertó los peores temores en un partido nefasto de los blaugrana. El susto del Alavés ha de servir para algo tras el parón de selecciones.
A finales de mes se ha de visitar el difícil Estadio de Vallecas. Dos derrotas en las dos últimas visitas. Luego hay que cerrar la clasificación para la siguiente fase de Champions contra el Oporto en Barcelona. Y se empezará el mes de diciembre con dos visitas que pueden decidir hasta dónde puede llegar el Barça este año: Atlético de Madrid y Girona. Toca abrigarse.
Un Barsa ramplón y vulgar que a pesar de todo pierde menos puntos que los que por su juego se merece y que pese a sus andares dubitativos aun está vivo en todas las competiciones.
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