Cuenta la leyenda que Javier Tebas dejó un día un charco sin pisar… pero no fue esta semana, desde luego. La polémica saltó a la palestra en la entrega de premios que anualmente (¿?) hace la Liga de Futbol Profesional a los mejores de la temporada 2013-14. No fue la celebración como tal, aunque nunca habían tenido tanta relevancia como este año, sino el reparto de los galardones. Del total de premios, 6 fueron a parar las vitrinas blancas (1 de manera indirecta, por Keylor Navas), mientras que el flamante campeón de Liga se llevó la friolera de… el premio al mejor entrenador para Diego Pablo Simeone.
En ese mismo momento, empezaron las suspicacias, los comentarios, los murmullos, las quejas. Cierto es que parece de todo punto ilógico que el equipo que ganó la Liga sólo se llevara un premio, y encima, en la figura de su aclamado entrenador. Pero la vida tiene estas cosas.
Hubo quien quiso poner el foco en el sistema de votación: los tres capitanes de cada equipo de Primera División, en voto secreto – es decir, no se sabrá a quien ha votado cada uno – y no pudiendo votar a jugadores de su propio equipo. El sistema, francamente, parece bastante adecuado. ¿Dónde, pues, radica el problema? Pues según nuestro admirado Tebas, en el hecho de que los votos sean secretos. Es decir, que no sepamos a día de hoy a quien votaron Xavi Hernández, Puyol y Andrés Iniesta. Vamos, que igual votaron a CR7 por tocar las pelotas al cada vez más impopular Leo Messi.
La teoría de Tebas es preciosa: si la gente va a saber a quien voto, entonces no voto a Cristiano – no sé muy bien por qué…-. Pero si no se va a saber… No digo que este delicado dirigente no tenga razón, pero si al final resulta que los jugadores cambian de opinión según el cariz de la votación, entonces, apaga y vámonos.
Se supone que estamos hablando de gente adulta, gente madura, gente con dos dedos de frente. Además, hablamos de los capitanes, es decir, de gente ya veterana, con una cierta experiencia, no de Deulofeu o de Gayá… Vamos, a mi, la explicación de Tebas, aparte de innecesaria e inoportuna, me parece poco creible. Porque de ser cierta, que tampoco puedo apostarme el sueldo a ello, mejor sería echarlo a suertes, en lugar de votar.
CR7 sumó tres premios, al mejor gol, mejor delantero y mejor jugador de la Liga. Podríamos ponernos aquí a discutir la conveniencia de los galardones, y cuando menos, los dos golosos – al jugador y al delantero – son discutibles, pero tampoco injustos.
Claro, en estos premios, aunque se valora la temporada al completo, se supone que cuenta mucho lo que hacen los jugadores en los momentos claves. Y por ejemplo Ronaldo no acabó la temporada de la mejor manera posible, su papel en la final de la Champions fue discreto, más allá de la mega celebración por el penalti transformado con el partido ya claramente decantado, la final de la Copa no la jugó y en Liga su equipo acabó tercero. Luego, aunque no sirva para nada, hizo un Mundial más bien desastroso… Vamos, que soy de los que piensa que esta no es la mejor temporada de Cristiano desde que está en el Real Madrid.

Otro compañero suyo, Luka Modric, sumó otro premio, al mejor centrocampista defensivo, y este, hay que reconocerlo, si que no veo la manera de meterle mano. Siendo Modric un jugador que me parece sobrevalorado, no creo en absoluto que fuera merecedor de tal reconocimiento, pero claro, si le votaron, habría que saber por qué. Quizá el problema esté en que Modric formara la terna finalista junto con Gabi – ¿habría ganado él de no estar inmerso en el escándalo del Zaragoza-Levante?- y Busquets.
Otra teoría triunfó en la hinchada rojiblanca: nos tienen manía, no nos soportan, dicen que somos un equipo violento, y la venganza de los jugadores ha sido no votarnos. La verdad, me parece otra «tontá» de las gordas, porque creo que el que más, el que menos, tiene sus simpatías por el equipo rojiblanco, valoran lo que supuso su título de Liga y lo que tuvo que costarles romper el duopolio Madrid-Barça con un presupuesto mucho más pequeño que el de estos equipos – y con una plantilla, con todos los respetos, inferior a la de blancos y azulgranas -.
Total, que lo que debía haber sido un día de fiesta se convirtió en un pequeño escándalo sazonado por las declaraciones de diferentes jugadores y directivos, y flambeado por la «brillante» elucubración de Javier Tebas. Pero es que esto de los premios es muy complicado y 2014 no ha sido un buen año. Messi fue el mejor jugador del Mundial, y todavía el heptagenario Blatter se pregunta que cómo pudo ganarlo él, para al poco tiempo decir que el Balón de Oro de este año lo debería ganar Neuer.
Luego aparece el iluminado de Jorge Mendes, iniciando la campaña de PROPAGANDA por el Balón de Oro de este año, y dice que Cristiano es el mejor futbolista del año, de la historia y el mejor deportista de todos los tiempos. Sospechamos que con la puerta del coche cerrada, se fumó un puro.
En fin, creo que el premio más importante es el título de Liga. Ese ya no se le podrá quitar nadie al Atleti. Ese no se vota. Ni siquiera se merece. Se gana. Y punto. Y ellos lo ganaron a lo grande. El año que viene, o dentro de dos, como mucho, nadie se acordará de estos premios de medio pelo. Pero en el palmarés de la Liga aparecerá: Campeón de la temporada 2013-14, At. de Madrid. Y eso es para toda la vida.
P.D.: Señor Tebas, aparte de su loable entusiasmo en intentar que Cataluña no se desgaje del estado español, en perseguir los partidos amañados según el color de la camiseta del equipo y en luchar contra la pirateria – en lugar de sugerir a sus equipos que bajen los precios de las entradas en general -, tampoco estaría de más que le diera una vuelta, y grande, a la web de la LFP. Francamente, de lo peor que puede uno encontrarse en el panorama internacional si de fútbol estamos hablando. Hala, feliz fin de semana.