
Cuando despidieron a Pepe Mel a principios de diciembre, escribí en TresCuatroTres que me parecía una decisión lógica siempre que fuera acompañada del despido también del Director Deportivo. Tres semanas después, se ha cumplido mi “exigencia”.
Y es que era muy injusto que Mel cargara con toda la responsabilidad de la situación deportiva del Real Betis. Es palpable que los fichajes para esta temporada han sido desastrosos y que no han mejorado lo que ofrecía la plantilla antigua del equipo verdiblanco. Ni siquiera han igualado las prestaciones de los futbolistas que se marcharon en junio. Cierto es que Mel aceptó a todos y cada uno de los fichajes que le trajeron en verano. Por lo menos de cara al público. Pensó el ex entrenador bético que sería capaz de sacarles un rendimiento suficiente para no pasar apuros. La realidad ha sido muy distinta y eso, le costó el puesto a Mel.
Pero con la marcha del técnico madrileño, la Directiva bética perdió el paraguas que tenía para aguantar el chaparrón de la afición. Y desde entonces, los béticos les hemos dejado claro a los que dirigen al Betis que no estamos de acuerdo con su política deportiva, de la que Vlada Stosic fue, hasta anoche, el máximo responsable. Inteligentemente y por necesidad vital para la supervivencia deportiva del Real Betis, el Consejo de Administración ha puesto de patitas en la calle al serbio, encomendándoles a Garrido y al segundo entrenador, Sergio Fernández, la labor de buscar refuerzos y realizar descartes en la plantilla para afrontar los veintiún partidos que quedan hasta final de Liga. En esos encuentros el Betis deberá ganar, al menos, nueve para sumar, con algún que otro empate, los puntos necesarios para no descender a Segunda.
Esas son las cuentas de la permanencia. Muy difíciles, pero que a nadie se le olvide que el Real Betis aparece cuando menos se le espera. Ojalá, porque ya andamos cansados de esperarle. A ver si con el cambio de conductores en la parcela deportiva, el club verdiblanco consigue retomar el vuelo. Veremos.