Para los que no son de Sevilla y no conocen la idiosincrasia de los derbis sevillanos, he de explicaros que estos partidos no duran noventa minutos. El que acabó el viernes pasado al filo de la medianoche, no terminará hasta que no se vuelvan a encontrar nuevamente los eternos rivales hispalenses. Y este último está dando mucho juego.
Tras el gol de Nosa, la mayoría de sevillistas justificaron el empate logrado cuando disponían de un claro 0-3, en la pésima labor arbitral. Han centrado sus críticas en el penalti de Fazio y la expulsión de Medel. Han omitido, con toda la intención del mundo, la jugada del segundo gol de Rakitic, en la que hay un fuera de juego tan grande como La Giralda.
En estos casos, la memoria selectiva funciona maravillosamente. Para bien y para mal. Los “perjudicados” omiten lo que les ha beneficiado y borran de su cabeza situaciones favorables en el pasado. Y también están molestos los muchachos con la peineta de Mel.
Estos mismos que hoy se echan las manos a la cabeza por los errores arbitrales que, a su parecer, cometió Del Cerro Grande, son los mismos que decían que había que hablar solo de fútbol cuando el Betis protestaba. Ellos, que son muy dados a defender a Caparrós y a su estilo, les convendría recordar la frase que pronunció el entrenador de Utrera tras un derbi en el que el Betis salió perjudicado: “El resultado es inamovible”. Pues si tanto admiran a Caparrós y a su estilo, que sigan a pies juntillas su sentencia.

También se han ofendido mucho con la peineta de Pepe Mel tras el tercer gol del Betis. El gesto es muy feo y desafortunado, pero que una afición que ha defendido la praxis de Cristóbal Soria cuando éste ejercía de delegado del equipo sevillista, se ofenda y clame elegancia, es ridículo y absurdo. Los ofendidos, en todo caso, debemos ser los béticos, que hemos visto cómo nuestro entrenador ha cometido un error gravísimo, poniéndose a la altura de personajes nefastos y que sobran en el fútbol.
Pepe Mel no debe caer en gestos barriobajeros. Debe dar pullazos de manera irónica y elegante, como hizo al propio Joaquín Caparrós antes del partido. El técnico utrerano mostró la manita a la afición del Betis cuando todavía era entrenador del Mallorca. Pues bien, Mel fue entrevistado por Cuatro minutos antes de que el balón echara a rodar.
El técnico verdiblanco, al ser saludado por Caparrós, le respondió que si se había pasado al periodismo. Con esa frase le dejó claro que ahora mismo se encontraba sin equipo y le devolvió el gesto de la manita. Días después del derbi, en otra entrevista en la Cadena Ser de Sevilla, le dijo a un peridiosta que es muy sevillista y que defiende a Lopera y se mofa del Betis reiteradamente que «si metemos el cuarto te mueres«. Mucha guasa por parte de Mel, que los béticos le agradecemos por supuesto.
En el fondo, lo que les duele y les escuece, es haber desaprovechado tres goles de ventaja. Y más cuando la remontada bética es producto de errores infantiles e innecesarios cometidos por los sevillistas. El 1-3 es un error garrafal de Medel. El penalti de Fazio es ridículo, pero es penalti. Y para culminar el tríptico de errores, está la expulsión del Medel, que cayó en la provocación de Cañas. Después del verano habrá más derbis, y tendrán la posibilidad de darle la vuelta a la tortilla. O no.