El Atlético de Madrid afronta mañana su partido de ida de los octavos de final de la Champions ante el histórico Milan, en el mítico San Siro. El equipo italiano, en horas bajas, opondrá el mito de su nombre y la ilusión de su nuevo entrenador, Clarence Seedorf, ante la espectacular temporada de los pupilos del Cholo.
Siete títulos de Campeón de Europa lucen los rossoneri en sus vitrinas, algo que siempre cuenta en el orgullo de un equipo cuando afronta una eliminatoria como la que se le presenta. No obstante, la cruda realidad de este equipo es que se trata del décimo clasificado en la Serie A y que, como el propio Seedorf reconoce, se encuentra en una etapa de transición, tomando aire para volver a ser grande.
Se clasificó para octavos como segundo del grupo de F.C.Barcelona, jugándose dicha plaza en la última jornada como local ante el Ajax de Amsterdam y lográndola tras un poco lustroso empate sin goles. Tras el sorteo y al no levantar cabeza, decidieron cambiar de entrenador. Salió del club Allegri, un técnico cuyo fútbol rácano no hace honor a su apellido y que estuvo al borde del despido casi desde su llegada. Se apostó por el inexperto Seedorf como forma de rememorar antiguos momentos de gloria como los vividos por el holandés como jugador del club.
El técnico novato habla de un fútbol de posesión, vistoso, ofensivo y de presión, pero el estado de melancolía de su equipo le dificulta alcanzar esas metas. Se trata de un equipo dependiente del estado de forma (y del estado de su delirante cabeza) de su delantero estrella Balotelli, un crack inestable que marca el devenir de su equipo.

Junto a SuperMario, un grupo de jugadores de clase media, algunos de los cuales han pasado ya sus mejores partidos y otros que apuntaban maneras y se han quedado por el camino. Conforman un equipo con cualidades individuales suficientes para dar un susto a cualquier rival, pero con pies de barro y capaz de deshacerse ante la mínima complicación.
Desde luego, los Abbiati, Mexes, de Jong, Montolivo, Muntari o Kaká que forman el equipo, sin ser malos jugadores, no están para optar a un Balón de Oro. Son flojos defendiendo balones a balón parado y les cuesta mantener ventajas en el marcador, pero habrá que tener cuidado con los disparos lejanos y con la calidad de Balotelli.
Enfrente, el Atlético que sorprendió a toda Europa clasificando con gran solvencia en la fase de grupos. Tal vez no llega en su mejor momento tras la dura eliminación antes el Real Madrid en Copa del Rey y su estrambótica derrota en Almería, pero es sin duda un equipo mucho más hecho, compenetrado y brillante que el italiano.
Un golpe de moral importante espera para el que gane esta eliminatoria. El Milan necesita reverdecer viejos laureles y para Seedorf esta eliminatoria es una posibilidad de ganar crédito como entrenador. Para el Atlético sería la confirmación en la clase alta europea derrotando a un histórico en la primera eliminatoria entre ambos. Champions en estado puro.
