Año 1998, octavos de final del Mundial de Francia, nuevo episodio de una ya larga tradición de enfrentamientos entre Inglaterra y Argentina.
Empate a uno en el marcador, con tan solo 16 minutos disputados. Recibe el balón con un soberbio control orientado de espuela marchándose por velocidad de Jose Chamot.
Tiene la osadía de encarar al mítico central argentino, Roberto Ayala al que sencillamente deja tirado gracias a un quiebro magnífico y, finalmente supera al portero Carlos Roa quien no tiene ni la más mínima opción de alcanzar el esférico.
El mundo del fútbol se pregunta quién es ese niño de 18 años…la respuesta es Michael Owen.
Otro de tantos balones de oro incomprensibles…Que este hombre lo ganara y Raúl o Xavi no lo tengan demuestra el nivel de amaños que hay con los títulos personales. No digo que no fuera buen jugador, pero tenía más fama que juego en el campo.
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Tienes toda la razón. Uefa y FIFA son lo mismo, organizaciones corruptas a más no poder donde los lobbys campan a sus anchas. O si no mira el Mundial en Catar, a quién se le puede ocurrir semejante despropósito!!
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