Día de remake. No está catalogada como un clásico del cine británico, ni tampoco es que vaya a ser almacenada en nuestra retina durante mucho tiempo. Pero cumple con creces su misión de entretenimiento evasivo. En 1974 se estrenaba una pequeña joya de la comedia deportiva: El rompehuesos. Nominada al Globo de Oro a mejor Comedia, esta película unía dos grandes géneros cinematográficos estadounidenses en uno: cine deportivo y carcelario.
Burt Reynolds protagonizaba esta cinta donde un antiguo jugador de fútbol americano acaba en prisión por sus múltiples problemas con la ley. Allí, lidera a los presos a jugar un partido contra los guardias. El alcaide no perderá ocasión de intentar amañar el evento para dejar claro que él es el que manda. Resumiendo, una hermana menor y muy gamberra de Evasión o Victoria.

Años después, llegaría el remake al que nos referíamos anteriormente. El cine de Gran Bretaña miraría hacia esta película, pero añadiendo fútbol europeo y dejando a un lado el americano. En 2001 se estrenaba Mean Machine, bajo el horrible título en nuestro país de Jugar duro.
En ella, Danny Meehan es el Capitán de la Selección Inglesa de fútbol, lo tiene todo. Es un reconocido futbolista, tiene dinero y fama. Sin embargo su poca cabeza hace que sea arrestado por amañar un partido y agredir, bajo los efectos del alcohol, a un policía.
En la cárcel, los graves problemas de ira de Danny no hacen que tenga una estancia apacible. Sin embargo, poco a poco logrará hacerse con el respeto de los reclusos. Hasta el punto de convencerlos para que jueguen contra los guardias en un partido.
Obviamente, su estilo agresivo de cuando brillaba como profesional marcará el estilo de juego que aplicarán contra los carceleros. Más aún cuando se le ha ofrecido dirigir al equipo de guardias para una organización clandestina de apuestas.
Uno de los aciertos del casting fue el elegir al ex-futbolista metido a actor Vinnie Jones como protagonista. Pues realiza una más que aceptable interpretación de Danny. Es fácil suponer que añadiría al papel sus propias vivencias como rudo mediocentro defensivo de la Premier. Jones ha protagonizado muchas cintas de acción debido a sus rasgos de tipo duro, pero es en la comedia donde se mueve con más comodidad. Sus mejores apariciones en cine se han dado en ese terreno. También destaca como secundario Jason Statham.
El otro punto a favor es que era necesario contar con futbolistas profesionales para dotar de realismo las escenas del partido. Mean Machine lo logra con los cameos de Charlie Hartfield y Nervin Saroya en el equipo de los presos, mientras que jugando con los guardias se encontraban Paul Fishenden y Brian Gayle. Detalles que agradece el espectador.

Es un divertimento sin complejos y será disfrutada el doble por aquellos que no hayan visto la original. Una lástima que no se lograra un cameo de Reynols en el metraje, como si pasó con el otro remake protagonizado por Adam Sandler, El clan de los rompehuesos, de 2005. Destacan la preparación del partido y la elección del equipo de presos como las escenas más divertidas.
Sin dejar de lado el humor más gamberro en este tipo de comedias, muy marcado el estilo adaptando al brillante Guy Ritchie, la cinta introduce hábilmente varios tintes dramáticos. incluida una gran escena con mucha tensión, como ocurría en el famoso final de la película original. Lo que funciona, no se debe tocar. Así que Mean Machine no engaña al espectador y ofrece lo que aparenta: una dosis sana y necesaria de simple diversión durante hora y media.