Mateu Alemany es el crack que el Barça necesitaba. El abogado mallorquín llegó al club en marzo del año pasado de la mano de Joan Laporta. En menos de un año, ha remodelado la plantilla nefasta heredada de la etapa Bartomeu. Gracias a su labor, el Barça se ha erigido como la estrella del último mercado de invierno con incorporaciones que nadie imaginaba que podría hacer. Todo ello con una economía casi imposible y el prestigio a la altura del césped.
Mateu Alemany lleva 40 años moviéndose por los despachos del fútbol nacional. Sabe y sabe mucho. Tiene experiencia, buen trato y es duro negociando, lo que le ha hecho ganarse el respeto y la admiración de directivos, periodistas y mandatarios.
Mallorca
Comenzó su andadura en esto del fútbol en su Mallorca natal de la forma más sencilla: contestando a un anuncio de un periódico local. Era finales de los 80. El presidente del R.C.D. Mallorca, Miquel Contestí, buscaba un gerente y Mateu Alemany, sin haber cumplido los 20 años, lograba colarse en la directiva de un club recién ascendido a Primera.
A partir de ahí, Mateu Alemany comenzó a labrarse un hueco en la historia del Mallorca. 30 años estuvo en el club balear. Vivió el infierno del descenso, la Supercopa del 98 ganada al F.C.Barcelona, la final de la Recopa de Europa en 1999 perdida ante la Lazio, un tercer puesto en Liga, y la gloria de ganar la Copa del Rey en 2003. Presidió el club en dos etapas. Rechazó la petición de Florentino Pérez para incorporarse al Real Madrid. Conoció a grandes jugadores: Samuel Eto’o, Juan Carlos Valerón, Constantine Galca, Diego Tristán, Albert Luque, Walter Pandiani, Miguel Ángel Nadal o Jovan Stankovic. Se codeó con entrenadores como Luis Aragonés, Héctor Cúper, Gregorio Manzano o Benito Floro. Y en 2010 abandonó definitivamente el club. Entremedio, un intento de lograr la presidencia de la RFEF que quedó en nada.
Valencia y Barcelona
Tras pasar 7 años alejado de las salas de reuniones, Mateu Alemany reapareció en Valencia de la mano de Peter Lim. Se enfrentaba a un gran reto en un club siempre con prisas. Puso en el banquillo a Marcelino Toral. Regeneró una plantilla envejecida, cara y desgastada, que venía de fracasar en las dos anteriores temporadas. Trajo a Gonçalo Guedes, Geoffrey Kondogbia, Kevin Gameiro o Maxi Gómez. Vio como su club le ganaba una Copa al Barça. Y, al cabo de dos años, Peter Lim lo despachó junto con Marcelino en una polémica decisión.

Acaba de llegar y Mateu Alemany ya está dejando su sello en el F.C.Barcelona. Este invierno ha conseguido la vuelta de Dani Alves, el fichaje de Ferran Torres, la cesión de Adama Traoré, la renovación estratégica de Umtiti para aligerar la masa salarial, la importantísima salida de Coutinho, y la llegada de Pierre-Emerick Aubameyang. Tan solo se le ha resistido la salida de Ousmane Dembélé. Nada se le puede achacar a Mateu Alemany, el crack del Barça en los despachos.
Si esos logros se deben a él es indudablemente una persona valiosa,y una figura en segundo plano a considerar dentro de nuestro fútbol nacional.
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