Todo lo que tenga que ver con Maradona se magnifica. Cualquier paso que dé el D10S argentino es noticia, es opinable y se le encontrarán luces y sombras. No en vano, su figura despierta odios y fanatismos extremos, haga lo que haga. A finales de verano de 2018, Diego Armando Maradona llegaba como entrenador a Dorados de Sinaloa, un equipo de la segunda categoría mexicana, conocida como Ascenso MX. Al mismo tiempo, demostrando que todo lo que haga este personaje es noticia, arrancaba la grabación de un documental sobre la presencia de Maradona al frente de este banquillo.
Cuando la productora peruana Pacha Films se desplazó al estado mexicano de Sinaloa para arrancar el rodaje, seguramente no preveían un resultado como el que tuvo durante la temporada futbolística que cubrió en el país azteca.
Dorados es el equipo de Culiacán, la capital del estado de Sinaloa, al noroeste de México. En lo futbolístico, es el lugar de nacimiento del central Héctor Moreno, ex de Espanyol o Real Sociedad. También por Dorados han pasado futbolistas como Cuauhtémoc Blanco, Sebastián Abreu o Pep Guardiola, que jugó allí sus últimos partido como profesional, con Juanma Lillo de entrenador. Pero en lo social, si por algo es conocido Sinaloa, es por acoger al principal Cártel de tráfico de drogas de México, dirigido por el histórico narcotraficante Chapo Guzmán.
Es por ello que la llegada de Maradona al banquillo de Dorados fue carne de meme. La relación entre el mítico diez, Sinaloa y las drogas, es un triángulo que muchos veían como el desencadenante del fin absoluto de Maradona. Algunos con pena, otros, por qué no decirlo, con cierta saña. Y seguramente, esperando a que el mito terminara de caer, se preparó esta serie documental.
El documental tiene una estructura efectiva, aunque poco original. Aunque se basa en el seguimiento de Maradona, también se apoya en otros personajes secundarios, como el presidente del club, la jefa de prensa, algunos aficionados, medios de comunicación locales o, por supuesto, los jugadores. El documental sigue la cronología de los acontecimientos, mostrando el trabajo de Maradona y los partidos que el equipo va jugando, sazonado con las declaraciones de estos otros personajes.

La temporada del Ascenso MX se juega en dos partes, al estilo de otros torneos sudamericanos, Clausura y Apertura. Maradona llega a Sinaloa con el Clausura ya arrancado. Dorados ocupaba puestos de descenso y la mentalidad de la plantilla y los aficionados estaba por los suelos. El fichaje del Diego supone una especie de clavo ardiendo para este club mexicano.
En la estructura de la temporada del Ascenso MX, se juega en primer lugar una liga Clausura. Tras la cual, los ocho primeros clasificados compiten en eliminatorias a doble partido. Ese mismo formato se repite en el Apertura. De ese modo que los campeones de ambos torneos juegan una eliminatoria final para determinar quién asciende a la máxima categoría del fútbol mexicano. En el caso de Dorados, a la llegada de Maradona, bastaba con no perder la categoría. Se veía como un sueño alcanzar los puestos que daban paso a las rondas eliminatorias.
Vemos en el documental a un Maradona prácticamente incapaz de andar. Muy pasado de peso y con las rodillas destrozadas, en muchos momentos de sus primeros días, le vemos con muletas o apoyado en sus ayudantes. Pero lejos de esa imagen decadente, encontramos a un entrenador muy cercano a sus jugadores. Increíblemente cariñoso con sus pupilos, casi como un padre que les llena de confianza.
Más allá de lo que el montaje del documental nos quiera mostrar, intuímos a un Maradona centrado en el aspecto más emocional. Mientras su segundo, el exportero del Logroñes Islas, parece más metido en el trabajo táctico del conjunto. A pesar de los prejuicios que pueda despertar el mito de Maradona, hay que reconocer que su influencia en los jugadores fue magnífica. El grupo agradece que alguien de su experiencia les guíe y se entregan a él, igual que Diego es capaz de entregarse a sus jugadores. Así, les vemos celebrar juntos, cantar, bailar y disfrutar de los buenos resultados que el club empezó a cosechar. Así como llorar juntos en los malos momentos.
También vemos cómo esos resultados provocan mejoras en todos los ámbitos. Los aficionados y los medios empiezan a perder esas reticencias a la presencia del nuevo técnico. También el presidente, otro personaje peculiar, muestra coómo el club ha crecido en todos los sentidos. Anunciantes, patrocinadores, medios de comunicación de todos el mundo… la vista de una parte del planeta fútbol (sobre todo de Argentina) se volvió hacia Sinaloa. Incluso al propio técnico se le veía una mejora física en el tiempo que pasó en el equipo.

Sin querer incurrir en spoilers, si bien son hechos que cualquiera puede buscar en los periódicos de la época, ese Clausura tuvo resultados sorprendentemente positivos para Dorados. No obstante, aunque el documental trate con cariño al Pelusa, no pueden faltar sus claroscuros. Algunos arranques de mal genio que provocan expulsiones, su costumbre de ser impredecible al cumplir ciertos compromisos con el club o el retraso a la hora de retornar al equipo para la disputa del Apertura, nos muestran a ese otro Maradona.
Aunque ya lo verán ustedes si se animan a disfrutar de este «Maradona en Sinaloa», todo se resume en una frase que el propio protagonista le dice a la jefa de prensa del equipo en una entrevista, «por más cosas buenas que haga, siempre me sacarán lo malo». Finalmente, dejó el equipo tras el Apertura, sin cerrar sus sueños deportivos y abandonando por motivos de salud, pero dejando un buen recuerdo.
«Maradona en Sinaloa», disponible en Netflix, es un interesante y recomendable documental para cualquier futbolero. Independientemente de la opinión que les despierte el personaje, es una forma de acercarse a la vida del mito y su forma de dirigir, así como al fenómeno que supone la llegada de una figura así a un entorno modesto. Con total probabilidad, empezarán a seguir los resultados de Dorados por internet, tras ver como Maradona revolucionó Culiacán y los convirtió en maradonianos de por vida.