Si no has aprovechado unas horas de este verano para ver la película documental “Diego Maradona” de Asif Kapadia, estás tardando en acercarte al cine más próximo. Esta proyección nos muestra a Diego, un niño nacido en Villa Fiorito que logra sacar a su familia de uno de los barrios más pobres de Buenos Aires mediante su prometedora carrera futbolística. Este extenso reportaje nos ofrece una visión de cómo el éxito desmesurado puede crear un monstruo, Maradona, y como éste termina devorando a Diego.
El diario El País informaba el 1 de julio de 1984 que el jugador argentino Diego Armando Maradona era traspasado por el Barcelona al Nápoles a cambio de 7,5 millones de dólares (unos 6,8 millones de euros a día de hoy). El presidente del club italiano, Corrado Fericiano, viajó hasta la ciudad condal para cerrar el acuerdo. El máximo dirigente del Barça, Josep Lluís Nuñez declaraba: “muy a pesar mío, Maradona se va”. Y es que los mandatarios culés no eran favorables a su venta, pero su entrenador, César Luís Menotti, se había cansado de los “problemas extradeportivos” de la estrella argentina y exigía su marcha.

Esta película documental arranca justo en este momento. Maradona llega ese verano del 84 a una ciudad de Nápoles eufórica por recibir a la gran figura argentina. Diego consigue cambiar la mentalidad de un club que luchaba por la permanencia y empieza a competir por la zona alta de la clasificación. En su primera temporada, el Nápoles termina 8º anotando «el Pelusa» 14 goles. En el siguiente curso finalizan 3º y marca 11 goles. A continuación, en la temporada 86-87 el Nápoles gana su primera Liga y Maradona anota 10 goles.
La fama de ese chico de familia humilde, con novia desde los 15 años y una madre sobreprotectora, Diego, sube como la espuma. Vemos cómo le persiguen al término de cada partido, rodean su coche impidiéndole avanzar ni siquiera unos metros, y le es imposible realizar tareas tan cotidianas como ir a comprar o al cine. La Camorra, la organización criminal que domina el sur de Italia, le abraza como uno de los suyos. Todo lo que él quiera lo tendrá gracias a ellos. Diego solo quiere disfrutar del fútbol.

Italia y Argentina idolatraban a Maradona. En el Mundial de México 86 conseguía derrotar a Inglaterra con la ayuda de la mano que el árbitro no vio (la trampa siempre estuvo presente en su vida), y otro golazo inolvidable en su carrera deportiva (aquella jugaba donde se recorrió la mitad del campo regateado a los defensas rivales). Ese protagonismo en la victoria le encumbró para un país que se vengaba de los ingleses por la reciente Guerra de las Malvinas. Y además, se terminó ganando aquella Copa del Mundo.
Tras mostrarnos su llegada a la cima, este documental nos empieza a enseñar su caída al abismo. El acoso mediático al que está sometido, el abuso de las drogas, la presión de la mafia napolitana que se vuelve en su contra, y la noticia de una mujer embarazada que le señala como padre de su hijo…provocan que ese joven Diego desee marcharse de Nápoles. Sin embargo no lo consigue.
Como consecuencia, todo el éxito anterior se convierte en una jaula entorno a Maradona, jaula de la que no puede salir. Un cuento que se torna pesadilla. El presidente del club no le deja marcharse. Y es que Fericiano estaba convencido de que solo con él el Nápoles seguiría ganando títulos.
Maradona hace mucho tiempo que empezó a devorar a Diego. Ese brillante futbolista, para muchos el mejor de todos los tiempos, se ve incapaz de encontrar una salida a sus serios problemas. El Mundial del 90 en Italia que determina un enfrentamiento en semifinales entre Argentina e Italia será el fin definitivo del idilio entre Diego y este país. La prensa le machaca, la afición lo rechaza, Hacienda lo persigue…
Es extraña la sensación que deja esta película documental dedicado a este tramo de la vida deportiva de Diego Armando Maradona. Amas su fútbol, su leyenda de chico de barrio pobre convertido en triunfador, su poderoso carisma. Odias su prepotencia, su falsedad, su caída. Te da pena ver lo que fue y lo que es hoy día. Llegas a entender que quizás tú o yo también hubiésemos caído en las mismas trampas del éxito que la vida le puso a este chico veinteañero.
He decidido no juzgarlo, solo verlo. Os recomiendo encarecidamente que veáis este documental. Entenderéis mejor a Diego, y también a Maradona.