Y veré tus verdaderos colores,
brillando a través (de ti).
Veo tus verdaderos colores,
y es por eso por lo que te quiero,
así que no tengas miedo de mostrarlos.
Tus verdaderos colores, verdaderos colores
tus verdaderos colores, están brillando a través de ti.
Cindy Lauper – True colors
Los verdaderos colores son los que seguimos a todas partes, son a los que animamos sin tregua, sin explicaciones, son los que apoyamos en cualquier situación y momento, los que llevamos con nosotros siempre. Esto sería la definición de seguir a un equipo llueva o nieve en cualquier circunstancia y lugar, y es algo que se ve como bueno, como normal, pero y si no fuera así… ( True colors también es una gran canción que además apareció en un precioso anuncio de Sony Bravia y en este caso todo el mundo puede estar seguro de que es algo bueno)
En esta sociedad todo se ha polarizado, pero, quizás el fútbol, fue pionero en esto, el estás conmigo o contra mí, el pensar que todo lo que hace o rodea a tu equipo está bien y todo los que dicen lo contrario es que tienen algo personal contra él y un largo etcétera de situaciones que desde mi punto de vista hacen que este deporte no sea la buena influencia o esa pasión sana que todos queremos para esta sociedad, para nuestros hijos o el futuro. Ha existido una falsa paz en este aspecto donde muchos clubes han mostrado una alianza, simpatía o apoyo por equipos que eran históricamene rivales a muerte, pero lo que ocurre cuando esas alianzas no son reales, es que en cuanto cambia la dirección del viento se ven de verdad lo que se piensa realmente.

Siempre he pensado que desde la autocrítica es donde se puede crecer y mejorar, nadie es perfecto y todos nos equivocamos, mucho, pero debo de ser raro porque parece que reconocer un error es mostrar debilidad o, peor, es demostrar que realmente no crees en tus colores (políticos o deportivos) y esto hace que la visión de los que han cometido esos errores o los que mandan en los lugares donde se ha producido el error, simplemente se posicionen como perfectos donde los que se equivocan son todos los demás o víctimas, dándole la vuelta a los argumentos y dejar claro que están siendo atacados injustamente, que en realidad son víctimas, eso sí, con una particularidad que todos somos capaces de verlo cuando lo hacen los demás pero no cuando lo hacen los “nuestros”.

Hay una canción de Héroes del Silencio que en una de sus estrofas dice “La sinceridad, enemiga del ganador. Y eso es lo que deben pensar en nuestro fútbol, porque lo vemos casi a diario, en otros países las personas renuncian y se van, aquí damos ruedas de prensa en formato alegato de un juicio y sobre todo, de brindis al sol. No estoy pensando sólo en la comparecencia de ayer donde salían las cajas más caras de la historia y donde más que pedir perdón o admitir algún error todo fue sacar pecho (aunque no seré yo el que prejuzgue y esperaré a ver lo que la justicia dictamina) sino en otros equipos, en presidentes de la federación, en presidentes de ligas, en estamentos europeos y mundiales, en colectivos de árbitros… porque yo me pregunto una cosa, si todos somos perfectos y jamás se equivocan ¿Cómo es posible que digan que todos los demás se equivocan? es una paradoja porque nadie se equivoca jamás…

Pero volvamos al tema de los colores verdaderos, de los que pensamos que son los mejores y en algunos casos los únicos a los que se puede o se debe tener pasión, el problema de esta actitud de no reconocer nada, de decir de sentirse perseguidos, de hacer un llamamiento de defensa porque sus dirigentes lo han hecho perfecto en el caso de los equipos es que, obviamente, los que sienten esos colores están deseando creer que su equipo es perfecto que no ha hecho nada malo, que cuando ganan es justísimo y cuando pierden es culpa de alguna mano negrea, porque seamos sinceros ¿Quién quiere pensar que su equipo lleva casi dos décadas ganando haciendo trampas? ¿Quién está dispuesto a ver a su equipo descender para limpiar su nombre, para hacer justicia? ¿Quién quiere reconocerse que cuando vio cosas raras, decisiones extrañas o simplemente que ganaban siempre por lo civil o por lo criminal es porque de verdad había cosas raras? Pero por muy forofo que seas, por mucho que sientas los colores, puedes engañar a todo el mundo pero es más difícil engañarte a ti mismo, y eso hace que los seguidores de los equipos que dicen sentirse perseguidos, alberguen dudas sobre muchas de las cosas que se consiguieron, y es una pena porque quizás no fuera por estos motivos, que se podrían haber logrado sin estas ayudas o, directamente, que no hubo ningún tipo de ayuda, pero todas estas cosas al final empañan un nombre, un escudo, una liga, un estamento y no hay paz ni después siquiera de la justicia, porque me imagino que los hinchas del Inter cuando le dieron aquel Scudetto quedando terceros en 2006, no lo celebraron igual, no lo pudieron disfrutar en su momento y aunque cuente en tu palmarés o esté en tus vitrinas es algo frío, porque esto va de pasión, pasión bien entendida no de fe ciega, al menos para mí, y si le quitan al fútbol su esencia ¿En qué se queda? Yo tengo mis colores, los que para mí son los verdaderos y sé cómo los vivo y sí, me equivoco muchísimo y los míos también.
Otro artículo para la reflexión,para hacernos pensar y analizar las cosas con profundidad y raciocinio,para tratar de enfriar la pasión y el corazón, poniendo el fútbol como ejemplo, pero mirando más lejos,y por ello traspasando sus fronteras para llegar a la esencia de lo que es la vida y la posición que tenemos que adoptar en ella. Filosofía con mayúscula.
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