Esta semana ha centrado los focos en las semifinales de Champions League. Más aún en Madrid y su particular derby, transformado ya en guerra recurrente llegada esta fase de la temporada. Tras dos finales fratricidas, el duelo a doble partido entre Atlético y Real Madrid se antoja más interesante si cabe, pese a la goleada merengue de la ida. Pero hoy las miras se deben dirigir al norte, a nuestra Galicia. A esa ciudad de Vigo, y sobre todo a un Balaídos, que sin nada que envidiar a Old Trafford, será el verdadero depositario de los sueños celtiñas.
Y ya le tocaba al equipo celeste disputar una eliminatoria así. Tras deleitar con su juego en los últimos años y hacer gala de su historia (51 temporadas en 1ª) tiene una oportunidad única de hacer historia: llegar a una final de competición europea. Y sería la primera vez, tras caer en cuartos hasta en tres ocasiones. Una chance única para situar a la bonita ciudad costera en el panorama futbolístico. Aunque para ello tenga que dejar en el camino al todopoderoso Manchester United de José Mourinho.

Y es que las gestas, si van acompañadas de rivales de enjundia, aumentan su valor exponencialmente. Algo que querrá demostrar el equipo del polémico entrenador portugués, anclado en una larga sequía desde la marcha del añoradísimo Sir Alex Fergusson. Y eso que no pudo rematar su longeva trayectoria con la Champions de 2011 ya que no se lo permitió el Barça. Desde entonces, los diablos rojos navegan a la deriva tanto en la Premier como en los esquivos torneos europeos. Quizás ganando el único título importante que se les ha resistido, la Europa League (UEFA o Copa de Ferias), piensen iniciar su resurgimiento.
Pero el Celta es un buen equipo. Primero, porque es un equipo que sabe a lo que juega desde hace años, ayudado por el esquema de Berizzo y un bloque sólido. Segundo, porque el Toto es uno de los entrenadores de moda y sabe que sus metas pueden ser más altas, por lo que un broche a lo campeón sería el final perfecto. Y sobre todo, porque si la calidad que atesoran los Wass, Guidetti o Tucu Hernández se empapa de la pasión que le pone Aspas, habrá eliminatoria.
No se engañen, porque el United tiene estrellas a nivel mundial, pero también se le ha tachado de pusilánime, lo que viene de maravilla para el ímpetu del de jugadores temperamentales como el punta de Moaña. Porque el partido de hoy puede dirimirse en una cuestión de actitud y sobre todo, en demostrar que los sueños acabarán en Old Trafford pero empezarán a cumplirse en Balaídos.