Es innegable que aún existen muchas diferencias entre el fútbol masculino y el femenino. Principalmente en la repercusión mediática, que aún sigue siendo mucho más pujante en el practicado por hombres. Para explicarlo es muy útil, como en todo fenómeno social, acudir a la historia. Sólo hay que ver cómo el primer mundial de futfem llegó 61 años después del mítico Uruguay 1930 con el que se escribió el inicio de la historia de la Copa del Mundo. O la Eurocopa, que, aunque contara con experimentos previos, también se asienta en los 90.
En definitiva, el fútbol femenino de selecciones da sus primeros pasos muy tarde, a finales del siglo pasado. Lo curioso, es que al configurarse en ligas menos numerosas y contar con un profesionalismo inferior, cargan con calendarios mucho menos saturados. Este aspecto permite la organización de torneos amistosos en plena temporada, algo impensable en el masculino. No sólo por la incapacidad de fechas entre fases clasificatorias e inventos como la Nations League sino por lo que supone en el aspecto físico a estas alturas de curso. Si hay peleas por ceder a los futbolistas en citas oficiales, para amistosos se negarían directamente.
Sin embargo, en el fútbol de chicas, los torneos amistosos de selecciones cuentan con un gran prestigio y todas quieren ganarlos. Algunos cuentan con una tradición casi similar a los organizados por FIFA y UEFA. Y todos se celebran esta semana. Vamos a conocerlos.
El mini mundial femenino
Así se conoce popularmente al primero y más importante de los torneos: la Algarve Cup. No en vano, su fundación sólo se produce tres años más tarde que la de la Copa del Mundo (1994), lo que le otorga un especial prestigio. Pero la competición, organizada por la federación portuguesa, no sólo destaca por su carácter pionero. Alberga un palmarés envidiable, pues sólo participan las mejores selecciones. La más laureada es Estados Unidos (10), aunque cercenasen la racha la organización de su propio torneo, del que hablaremos después.
España, que lo ganó por primera y única vez en 2017, no está este año entre las invitadas. Un sexteto que se redujo a cinco selecciones por la baja de Australia debido a las restricciones pandémicas y, a última hora, a cuatro, por un brote de COVID en la danesa. La nómina la conforman finalmente las otras dos selecciones escandinavas (Noruega y la principal favorita, Suecia), Italia y la anfitriona, Portugal. Cada combinado disputa dos partidos y los dos mejores se enfrentarán en la final del miércoles en el Estadio Municipal de Lagos.
El producto americano
Si hay un país que apostó desde el principio por el fútbol femenino, ese es Estados Unidos. Esa apuesta le ha llevado a liderar el panorama internacional con la consecución de cuatro mundiales e igual número de oros olímpicos. Por lo que hartas de tener que trasladarse a Europa para competir en la Algarve Cup, se preguntaron porqué no eran ellas las que recibían a las mejores selecciones en territorio yankee. Y así nace en 2016 la SheBelieves Cup, nombre que alude al empoderamiento femenino (ella cree).

Sólo disputan el torneo cuatro combinados nacionales, que fueron los mismos en las tres primeras ediciones: Alemania, Inglaterra, Francia y lógicamente Estados Unidos. En 2019 se abrió el abanico a nuevos invitados, como España, que acudió en 2020. Esta edición será la menos exigente en cuanto a rivales, por lo que las anfitrionas se verán las caras con Islandia, Nueva Zelanda y República Checa. Será en una liguilla cuyos encuentros se disputarán en dos estados: California y Texas.
Exotismo desde lo privado
El tercer campeonato que nos ocupa, la Turkish Women’s Cup, cuenta con dos grandes peculiaridades. La primera es que se trata del único de los torneos organizado por un organismo privado, la agencia de representación Evima Football. Mientras el resto lo están por las federaciones futbolísticas de los países que los acogen, éste parte de una iniciativa empresarial centrada principalmente en la promoción de su sede, la ciudad turca de Alanya y más concretamente el complejo turístico Gold City.
La segunda particularidad radica en el exotismo de las selecciones que lo componen. Por sus ediciones han pasado, aparte de europeos, combinados americanos como Chile, africanos como Nigeria, actual campeona o asiáticos como la India. En esta ocasión son seis selecciones las que lo disputan, con especial atención a Europa del Este (Ucrania, Bulgaria, Letonia y Lituania) sumadas a las exóticas Uzbekistán y Venezuela. Cada equipo disputará tres partidos en una liguilla que dará con el campeón.
Nuevos pero pujantes
En los últimos años se han añadido dos importantes citas en este particular febrero de amistosos internacionales femeninos. En primer lugar, el Tournoi de France. Un cuadrangular puesto en marcha hace dos años por la federación francés y que sólo ha contado con una edición, la primera, en su formato habitual de liguilla de cuatro. Tras el torneo sui generis del año pasado, en este 2022 cuenta con un gran cartel formado por Holanda, Brasil, Finlandia y la selección anfitriona.

En segundo lugar, y al otro lado del Canal de la Mancha, los británicos han decidido sumarse a esta tradición invernal con la Arnold Clark Cup (el título proviene de la empresa automovilística que lo patrocina). El torneo enfrenta en su edición inaugural, este año, a cuatro grandes equipos en una liguilla: Alemania, Canadá, España y las locales, Inglaterra. Los dos empates de la primera jornada reflejan el nivel de cuatro equipos localizados en el top ten del ranking FIFA. Una buena oportunidad para que las de Vilda demuestren su potencial de cara a la Euro de este verano.