Queridos lectores, queridas lectoras, hoy a partir de las 18 horas pueden ustedes ser testigos de un milagro. O al menos de una de esas hazañas deportivas de las que Hollywood suele hacer una película épica. Desde luego, sería el salto cualitativo definitivo del fútbol femenino español.
Esta tarde a las 18 horas, la selección española femenina de fútbol se juega por primera vez los octavos de final del Mundial, nada menos que ante Estados Unidos. Como el sorteo de este Mundial quiso que las cosas fueran así, tras tener que compartir grupo con Alemania, el primer cruce es contra la actual campeona del Mundo, pero es que los cuartos serían ante Francia, la anfitriona y una de las selecciones que mejor Mundial está desarrollando.
Cuando hablamos de Estados Unidos, lo hacemos de una selección presente en los siete Mundiales previos, en los que acredita tres títulos, un subcampeonato y tres terceros puestos. Nunca ha caído antes de las semifinales. Por si fuera poco, esta unión de jugadoras experimentadas con nuevos valores, pasa por ser el mejor combinado que Estados Unidos ha presentado a unos Mundiales.
Como declaró hace unos días su defensora Ali Krieger, marcándose una pequeña «sobrada», tienen la mejor selección del Mundial y la segunda mejor. Combinan a jugadoras muy experimentadas, como la propia Krieger, su compañera en defensa Becky Sauerbrunn, o las estrellas en ataque, Megan Rapinoe, Alex Morgan o Carli Lloyd; con debutantes en el Mundial de mucho futuro (y presente) como Lavelle, Mewis o Pugh.
Con un parcial de 18 goles a favor y ninguno en contra en la fase de grupos, con siete partidos seguidos sin recibir goles y 47 seguidos anotando, son, sin duda la selección más poderosa del Mundo. Además, todas sus jugadoras pertenecen a equipos de la Liga local, siendo el fútbol femenino la antítesis al masculino en ese país. Así como entre los chicos tiene poca implantación, en las chicas es uno de los deportes fundamentales.
Enfrente, España, que solo ha anotado en uno de los tres partidos de la fase de grupos, que le cuesta mucho anotar, y que está empezando a tratar de despuntar entre el poderío inmenso del fútbol masculino.
Así que hoy, en vista de la previsión, solo un milagro puede hacer a las españolas clasificarse. Un milagro que puede fundamentarse en la falta de presión de las de Vilda, en el exceso de confianza de las americanas, en la ola de calor que va a elevar las temperaturas en Francia hoy, y en la gran diferencia de días de descanso entre ambas selecciones, una semana para España y tres días escasos para Estados Unidos.

Hoy es un día para la ilusión, para disfrutar y para, al menos, intentar competir. Será difícil pero, solo queda intentarlo.