Se acerca por fin el Mundial, la cita del fútbol por antonomasia que esta vez será bienvenida por muchos clubes. Y lo será porque así sus jugadores volverán sin el freno de mano puesto. Nos adentramos en un parón de los torneos nacionales, es tiempo de sacar algunas conclusiones.
La primera es que el Barcelona es líder y lo es con unos números que admiten poca crítica: 12 victorias, una derrota y un empate. 33 goles a favor y 5 en contra. Como digo son cifras de campeón. Poco a poco van desapareciendo aquellos que se mofaban de la Xavineta, los aficionados de eternos rivales que gritaban al unísono el «Xavi quédate» o los hashtags como #TerStatuen en alusión a la incapacidad del portero alemán para detener un balón. Ni antes eran tan malos ni ahora son los mejores, sino que como cualquier equipo en construcción necesita tiempo. Eso sí, el lunar de la Champions es algo para lo que no hay excusa posible.
El Madrid (a falta de lo que haga hoy) parece haber perdido fuelle últimamente. Como causas apuntaría a una mezcla de cansancio producto de las lesiones y de jugar siempre con los mismos, a lo que se suma, de nuevo, la cercanía de la cita mundialista. Lo que le queda por delante va a ser de aúpa con un Barcelona intratable y el Liverpool en el horizonte.
Y luego tenemos una serie de equipos con una crisis de juego y, según qué casos, hasta institucional. Me refiero por ejemplo al Atlético de Madrid. Los colchoneros atraviesan la peor racha desde que Simeone dirige al equipo, se dice pronto. Hay aires de cambio en el banquillo en lo que parece un modelo acabado.
Otro de los conjuntos que ve este parón como agua de mayo es el Sevilla, equipo con una planificación de plantilla lamentable y que coquetea con el descenso. Poco queda de aquel equipo que reinaba en Europa. Monchi tendrá que dar salida a varios jugadores, algo complicado viendo según qué salarios, y traer recambios que estén al nivel de un equipo de Primera División. Mientras todo esto sucede, en el palco acecha José María del Nido.
Y finalmente destacaría el caso del Villarreal. Tras la inesperada salida de Unai Emery, a los dirigentes castellonenses no se les ocurrió mejor idea que traer a Quique Setién, un entrenador que en sus propias palabras estaba prácticamente retirado. Partidos con posesiones soporíferas y una grada que ya pide su dimisión.
En definitiva, tiempo de Mundial y de reflexión en algunos despachos del fútbol español.
El controvertido Mundial que está condicionando claramente la Liga con jugadores con el freno de mano desde que empezó la competición y que puede ser una de las razones para el descenso de rendimiento de equipos que contaban en su plantilla con posibles mundialistas y que ya veremos cuando termine el Mundial como marcha nuestro campeonato doméstico porque no sería extraño que se modificase el rendimiento de algunos clubes,tanto por la respuesta de los jugadores que vuelvan de la cita mundial como por las modificaciones de las plantillas en el mercado invernal.
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