Ayer se disputó uno de los partidos grandes de la Liga F. A ojos de muchos, el gran Clásico del femenino en España, si bien Athletic y Levante tendrían algo que oponer al respecto. Sobre el césped de la Ciudad Deportiva de Alcalá de Henares (Madrid) se citaban Atlético y Barça para el encuentro más destacado de esta quinta jornada. Con pleno de victorias llegaban las catalanas, con un empate y tres victorias las madrileñas.
El resultado final, 0-1 con solitario tanto de Alexia Putellas, con el que superaba a Jennifer Hermoso como máxima goleadora histórica de la sección femenina del FC Barcelona. Dicho gol servía a las azulgrana para continuar igualadas en la cabeza de la Liga F con el Real Madrid, siendo los dos únicos clubes que cuentan por victorias sus cinco partidos. El Atlético queda cuarto, a cinco de la cabeza y a dos de su objetivo principal, el tercer puesto que dé acceso a la próxima Champions. De momento esa plaza la ocupa el Madrid CFF, con un gran arranca de curso.
El partido arrancó con unos minutos de tanteo, que pronto decantaron el control de juego a favor de las visitantes. Giráldez planteó un partido centrado en la paciencia y en el movimiento de balón a toque corto y alta velocidad. De esa manera quería que se abrieran los espacios que, por su parte, Manolo Cano había planteado dejar lo más cerrados posible. Centradas en recuperar el balón cerca de su propia área, la idea era descolgar a Sheila Guijarro como referente en la delantera y a Rash Ajibade como estilete a la que enviar balones largos para aprovechar su velocidad y potencia. En apoyo, las llegadas de Crnogorcevic a segundo palo para intentar finalizar las jugadas. Sin embargo, la gran presión del Barça a la primera línea colchonera no permitía que esa salida fuera mínimamente cómoda.
Mapi León e Irene Paredes se bastaban para controlar esas cabalgadas de las colchoneras, con la ayuda de Keira Walsh en el mediocentro para frenar los apoyos de Leicy Santos y Banini. Así, Bronze y Batllé, por los laterales podían progresar cada vez con mayor seguridad y confianza. Patri Guijarro manejaba el juego ofensivo, mientras a Aitana Bonmatí le costó más entrar en el partido, ante la falta de espacios. También Mariona Caldentey echaba de menos esos espacios, mientras Alexia, como falsa nueve, se buscaba la vida para participar en las combinaciones y tratar de finalizarlas.
No puede decirse que los planes de ninguno de los dos equipos funcionaran ni bien ni mal a lo largo de la primera parte. El empate a cero al descanso daba cierta razón a las de Manolo Cano en su intento por aguantar la habitual tormenta de las campeonas de Europa. Pero el hecho de que con el paso de los minutos las locales estuvieran cada vez más encerradas y se situaran más cerca del marco de Lola Gallardo también daba razón a las de Jonatan Giráldez.
El segundo tiempo arrancaba con el mismo guión, incluso sin cambios en ninguno de los dos onces. Sin embargo, a los seis minutos, Esmee Brugts se aprovechó de un desajuste defensivo en la zona de lateral izquierda colchonera. Encontró a Patri Guijarro por el pasillo interior, progresó con potencia y sirvió para la llegada al punto de penalti de Alexia Putellas. La Balón de Oro no perdonó a pesar de la estirada de Lola Gallardo y ponía en ventaja a las actuales campeonas.
A partir de ahí, tanto por intención como por las sustituciones realizadas, el Atlético se intentó soltar. Eso sí, con más corazón que cabeza o capacidad de dominio. Estuvieron luchadoras las locales, mientras las visitantes trataban de aprovechar espacios para sentenciar el partido. Para ello tomó más control del juego Bonmatí, e intentó Giráldez que resultaran las entradas al campo de Salma Paralluelo o Asisat Oshoala, que sin embargo, estuvieron bien frenadas por la cada vez menos poblada defensa local. Incluyendo alguna acción destacada de una Lola Gallardo que estuvo firme toda la tarde, echando mano de su experiencia para no dejar de animar a sus compañeras.
Con Marta Cardona y Eva Navarro buscando progresar por bandas, y el refresco de Boe Risa y Gaby García para el mediocampo (si bien les costó un poco acoplarse para saber cuándo y cómo salir a la presión), este Atlético demostró tener muchos más argumentos en su plantilla que en la pasada campaña. Incluso para los últimos diez minutos, Manolo Cano incluyó a Lucía Moral como doble punta en compañía de Sheila Guijarro sacando del campo a una central, Merel Van Dongen. Este cambió desconcertó un par de minutos a las locales, pero ayudó a que los últimos cinco más los otros cinco del descuento, aunque solo fuera por empuje, el Barça se sintiera encerrado y con la sombra del posible empate próxima.
La mejor ocasión para el Atlético llegó en el 87, cuando Guijarro encaró a Cata Coll en un mano a mano que se le hizo largo a la ex del Villarreal. Dejó ver demasiado claramente cuál iba a ser su opción de finalización y la guardameta campeona del Mundo le sacó una mano salvadora. También dio el Atlético sensación de peligro en una sucesión de córneres en el descuento a cuyo remate se sumó, y apunto estuvo de encontrar remate a portería, la capitana Gallardo. Para entonces, los cerca de 2.700 espectadores que casi llenaban por completo la Ciudad Deportiva rojiblanca, vibraban por la emoción del incierto resultado.
Una tarde – noche de fútbol con letras mayúsculas en la Liga F, que nos deja la sensación de que, aunque el Barça siga liderando como viene siendo normal en estos últimos años, la competitividad puede ser mayor entre los primeros clasificados en esta temporada. En la Liga F la vida sigue igual, pero puede que este año se aun poco menos igual que siempre y algo más igualada. En beneficio del espectáculo, sin duda.
El fútbol femenino ya va siendo un calco del masculino cuando al ir tomando impulso ha interesado a los clubes más poderosos,y la disputa entre los grandes va poco a poco desplazando a los pequeños en la primeras plazas de la liga;años anteriores era el Barcelona el único que podía aspirar al campeonato, a años luz de los demás, pero quitando ese primer puesto el resto estaba más repartido por clubes que algunos ni siquiera tienen equipo masculino.Esto indudablemente eleva el nivel de la competición pero va en menoscabo de equipos cuyo presupuesto y capacidad les impide tener músculo para poder aspirar con los grandes.
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