Cuando este verano asistí al estreno de Crónica de una Presentación de Entrenador Anunciada en la que el famoso director y productor Josu Urrutia anunciaba la llegada de Ernesto Valverde para reemplazar a la carismática figura de Marcelo Bielsa, un servidor se las prometía muy felices. Se trataba de un entrenador de mi agrado, tanto por su propuesta futbolística como por su pasado como jugador y entrenador rojiblanco. Yo, desde luego, no le puse muchas pegas.
Pero parece ser que la estancia de Valverde en el manicomio de Mestalla ha hecho estragos en su sesera y se pueden apreciar serios cambios en Ernesto. Y hombre, si los cambios son a mejor, pues bienvenidos sean, pero es que no lo tengo yo nada claro.

Cuando salió publicado el calendario de la Liga y vi el arranque que tenía el Athletic, lo vi claro. Entre eso y la descapitalización constante que se produce en casi todos los equipos del campeonato, y muchos de ellos, rivales directos del Athletic, podíamos plantarnos en la jornada 8ª con 18 ó 20 puntos. Era una oportunidad única para arrancar con inercia ganadora y aspirar al 4º puesto de la Liga, objetivo que al día de hoy sigo viendo plausible.
Sin embargo, mis cuentas, como las de la lechera, no se han cumplido. Aparte de la derrota prevista en el Santiago Bernabéu, se han sumado la del Espanyol y el Granada, y el empate en casa ante el Valencia. No es para sentirse satisfechos, aunque vayamos 6º a cuatro puntos de la Champions.
El proceder de Ernesto Valverde en este arranque de temporada es, cuando menos, peculiar. De entrada, ha puesto de moda unas rotaciones demoniacas de las que no se libra casi nadie. No es que sea yo partidario de tantas idas y venidas en el once titular, pero si tuviéramos un calendario apretado, como el de la primera temporada de Bielsa, se entendería. Desgraciadamente, no es el caso. Vamos a partido por semana, y hasta que empecemos en Copa no haremos doblete y eso serán pocas semanas. Con tan poca carga de partidos, ¿es realmente necesario que Valverde no haya repetido once inicial en los ocho partidos disputados de Liga?
De momento, se ha cargado moralmente a Iago Herrerín, que después de un buen arranque de Liga, cometió un par de errores ante el Celta que le han devuelto al banquillo. El mensaje del Txingurri es claro: no confía en él, así que tendremos que jugar toda la Liga con Gorka Iraizoz, que no está tampoco para la titularidad en este Athletic. Será algo por lo que Valverde tendrá que dar cuentas. O nos las devolverá, nunca se sabe.
En defensa es donde el técnico rota menos. Iraola, Laporte y Gurpegi han sido titulares en los ocho partidos. Normal, en el caso del Andoni y del joven defensa francés, irregular en su arranque de Liga pero con tanta calidad en sus botas que hay que darle toda la confianza del mundo. Lo que no se comprende es lo de Gurpegui. Con todo el cariño que tengo al veterano jugador, es increíble que sea titular en este Athletic. Y no solo porque San José, Ekiza y Etxeita son mejores que él, si no porque su rendimiento está siendo, de largo, el peor del equipo: lento, sin reflejos, descolocado, protestón, fallón… Sin embargo, pasan las jornadas, y ahí sigue… Expediente X.

Otro misterio es el de Enric Saborit, que debutó en Anoeta contra Osasuna, y fue uno de los destacados del partido. Su recompensa fue quedarse fuera de las siguientes tres convocatorias por razones técnicas. Otra decisión incomprensible. Y más si tenemos en cuenta que el pusilánime de Balenziaga está lesionado y que el lateral zurdo de Valverde es Laporte, que sufre bastante más en la banda que en el centro de la defensa. Contra el Valencia, Saborit jugó los 90 minutos; habrá que ver que sucede el próximo lunes contra el Villarreal. Alguno debe estar acordándose ya de Jon Aurtenetxe.
El centro del campo es otra locura. No encuentra Valverde su pareja de mediocentros. Ninguna de las combinaciones que ha hecho con Iturraspe, Herrera, Beñat, Morán y Rico le han satisfecho. Así que seguimos sin tener una dupla de mediocentros clara. Hoy juegas; mañana, quedas fuera de la convocatoria. Yo no sé como me lo tomaría. Muniaín, que empezó muy bien la Liga, ha perdido fuelle, el papel de Ander Herrera es increíblemente secundario, gana enteros (en la cabeza de Valverde, no en la mía) el rocoso Rico, y el pobre Erik Morán ha sufrido un varapalo al estilo Herrerín. Ah, e Iturraspe ¿Se acuerdan de Ander Iturraspe? Un error suyo costó el primer gol del Celta en el Athletic, 3 – Celta de Vigo, 2, y desde entonces no ha vuelto a jugar.
También empiezan a entrar en el equipo De Marcos e Ibai, pero no tanto porque haya un plan para ellos como porque Ernesto no encuentra un centro de campo que le satisfaga y se limita combinar todas sus fichas hasta que dé con la fórmula mágica. Con el overbooking de medios que tiene el Ahtletic, podemos estar con las probaturas hasta marzo. O abril.
De la delantera, poco podemos decir. Con Sola lesionado y Adúriz desquiciado, no hay más alternativas: Toquero sigue sin ser una opción. Ibai no sabe si es titular o suplente, si juega por la derecha o por la izquierda, si es extremo o interior. Pero su calidad es incuestionable. Y con De Marcos pasa algo parecido. Ha jugado en todos los partidos de Liga salvo contra el Real Madrid. Casi siempre suplente (titular en dos ocasiones) y en no sabemos cuantas demarcaciones: Óscar ha probado ya los dos laterales, los dos interiores y también el puesto de delantero centro. Si Ernesto sigue así, terminará con problemas de personalidad. Óscar, no el entrenador.
De todas formas, para que no digan que no me mojo, este sería mi 11 inicial si todos los jugadores estuvieran disponibles: Herrerin; Iraola, Laporte, Ekiza (o San José), De Marcos (o Saborit); Beñat, Herrera, Susaeta, Ibai, Muniain; Aduriz (o Sola). Respetando el 4-5-1 de Valverde… Y sobre todo, daría tiempo a que Beñat y Herrera se acoplen… Tiempo, tiempo, tiempo…